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grados centígrados y 90/oo - pasando, luego, los ladrillos, en su casi inmóvil movimiento de hasta tres días, por zonas, de calor en aumento, hasta 50 grados centígrados, y de humedad en baja, hasta 30/oo.

•• En la cámara de secado, los ladrillos pasan, en un día y medio, por zonas, de calor en aumento, hasta 200 grados centígrados, y de humedad en disminución, hasta cero por ciento - un cero por ciento absoluto, según subrayó nuestro guía, porque luego, en el horno, cualquier humedad, aun infinitesimal explotaría en vapor y causaría un desastre. Aquí también hicimos una conexión con otro momento del pasado, en la cantera de granito, donde la humedad intramolecular, que aquí sería desastre, era la bendición que permitía cortar el granito a fuego, mejor dicho a vapor interno.

•• Y luego, llega el desfile por el infierno del horno: 18 horas sobre 90 metros de fuego en zonas de calor en aumento, según una curva de crítica precisión, hasta unos 1.090 grados centígrados; infierno regulado por chorros de carbón pulverizado, infierno observable por pequeñas mirillas.

•• Al alcanzar los 1.090 grados, se puede pasar a enfriar los ladrillos, o se puede aprovechar otra oportunidad de cosmetología ladrillera.

Si se utiliza la oportunidad de cosmética, pasa lo siguiente. Se disminuye un poco el calor; se acciona potentes extractores para disminuir lo más posible el aire en aquella parte del horno; se aumenta repentinamente el calor a unos 1.120 grados centígrados; y se lo disminuye a unos 900 grados, esto último a una velocidad en relación con el resultado deseado:

•• Si se lo disminuye tan rápido como posible (en 20 minutos) los ladrillos >>salen negros; un poco más lentamente, los ladrillos salen pardos; un poco >>más lentamente, los ladrillos salen amarillos-paja; demasiado lentamente, >>los ladrillos salen sin cambio.

  ¿Dónde está el misterio? Al incrementar el fuego en una falta de aire, vale >>decir falta de oxígeno, se obliga el fuego a alimentarse del oxígeno >>contenido en los ladrillos; los ladrillos despojados de su oxígeno se tornan >>negros, pero si no se enfrían lo suficientemente rápido para fijar la falta >>de oxígeno, vuelven a absorber un poco de oxígeno, y se tornan pardos; un >>poco más de oxígeno, y se tornan amarillos-paja; y todo el oxígeno, y >>vuelven al color original.

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En la práctica, ya que, en lo alto de la pila de ladrillos, el calor baja >>más lentamente que abajo, siempre habrá ladrillos de los tres colores en >>tres capas: negros abajo, pardos en el medio, paja arriba.