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herramientas conocidas de la posteridad o quizás sin herramientas, y nos preguntamos la pregunta miles de veces preguntada, pero, en este caso, con más asombro, más virulencia: ¿cómo lograba aquella gente acarrear esas multi-tonedadas, levantarlas, moldearlas, probarlas, re-moldearlas, encajar sus complicadas curvas y puntas como si fuera un jueguito de cartulina de recortar o masilla de modelar?

Por otra parte, hay, a un costado del monumento, una placa inaugural; y esta placa inaugural, lamentablemente - si bien ya no sorprendentemente - ostenta otro caso de analfabetismo vespucciano, cuidadosamente grabado (esta vez, en granito) para toda la posteridad. Por lo menos, sabiendo, esta vez, a quien mencionar el analfabetismo, lo hicimos, y quizás hayamos contribuido a su corrección, si es que granito se puede corregir; de todos modos, habremos contribuido a la erradicación del analfabetismo en Vespuccia - algo como la limpieza de los establos de Augías.

Hoy, también cosechamos los tres puntos siguientes.

Uno. Descubrimos que, detrás de la sucinta palabra "granito", brilla un sorprendentemente multifacético mundo de, colores, combinaciones de colores, tamaños y formas de cristales, estructuras de cristalizaciones; esto, lo admiramos en una colección de docenas de muestras de granito, en la cual cada muestra era notablemente diferente de las demás.  Bien interesante.

▪▪ Dos. Ciertas de las canteras dan una impresión a jurar que son restos de grandiosas paredes, incluso de grandiosos palacios arqueológicos, porque las marcas dejadas en el batolito al sacar los bloques ordenadamente, uno por uno, dan la impresión de bloques colocados ordenadamente uno por uno en una grandiosa construcción. Naturalmente, no en el estilo rococo incaico sino en el estilo paralelepipédico de Asia Menor. La ilusión es perfecta (desde lejos).

▪▪▪ Así fue nuestro contacto con el granito, esta pasta de sílice, alúmina, potasa, soda, cal, sesquióxido de hierro, magnesia, feldespato, cuarzo, mica, circón, mica potásica, magnetita, hematites, y hasta de dos puñados más de arcanos condimentos granitógenos, cocinada, hace unos 400 millones de años, en las tremendas ambitura y presión de unos 16 kilómetros de profundidad en la Tierra y luego enfriada y solidificada en varios grados de lentitud a la ambitura y la presión de unos 10 kilómetros de profundidad.

Son precisamente los varios grados de lentitud de enfriamiento que, de un mismo magma, producen diferentes cristalizaciones: cuanto más lento el enfriamiento, tanto más gruesa es la textura cristalina; cuanto más rápido el enfriamiento, tanto más fina la textura cristalina; hasta llegar, en enfriamiento muy rápido, a obsidiana. Fue la exacta lentitud de solidificación, aquí, la clave de la formación de los cristales que, aquí, son el atractivo del granito.