El dueño, antes de salvar a perra y cachorros, lo había visto todo, desde un principio, y había tenido la presencia de espíritu de sacar una secuencia de fotografías. Nosotros vimos las fotografías. Aunque nos haya costado aceptar la evidencia ante nuestros ojos, tuvimos que aceptar el hecho como verdad; nada de chiste.

Así fue nuestro contacto con esta Tierra que Tiembla, que es el significado de la palabra paraborigen Okefenokee.

Pasando de los yacarés a la gente, los Georgianos hablan un idioma drásticamente diferente de los Floridenses: es inglés, naturalmente, pero con una tonada tan diferente que, en la primera media hora, nos costó bastante, y aún ahora, a veces, nos cuesta un poco, percibir las palabras. Es increíble esta diferencia de hablar tan abrupta como si fuese entre dos países separados por una frontera.

También, por lo visto hasta ahora, los Georgianos son mucho más amables de amabilidad natural que los Floridenses. Los Floridenses pueden llegar a ser corteses, pero los Georgianos son humanos. Varias veces, algunos nos saludaron con la mano, aun viniendo en tráfico de dirección contraria en la carretera.

Nos vamos a quedar a disfrutar de la tranquilidad entre los pinos - la gente está allá, sobre el agua; pero ¡cuidado! los yacarés no están necesariamente en el agua - ya vimos uno paseando por aquí, entre los árboles.

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Después de una segunda noche tranquilísima, enclaustrados entre pinos, estamos viajando hacia nuestra próxima meta, el sitio arqueológico de Ocmulgee, cerca de la ciudad de Macon.

Siguen los bosques de pinos, y los colmenares. Estos, ya habíamos notado ayer, colocados de a 20 ó 30 colmenas entre los pinos; pero recién hoy les estamos dando importancia, por la regularidad y frecuencia con que se repiten cada tantos kilómetros y por haber visto dos cuarteles generales de apicultura - seguramente donde se centrifuga la miel de los panales - con montañas de centenares y centenares de cajones de colmenas vacíos. Parece ser la apicultura una gran industria entre estos pinos.

También notamos que, en ciertas parcelas, están sangrando todos los pinos de su resina.

Recién tuvimos que descifrar la siguiente situación.

Mientras que, habitualmente, el tráfico viaja más rápido que nosotros, en este caso alcanzamos una columna de vehículos viajando un poco más despacio; una >>>>>>>>