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flacos, bosques, ni ralos, para descansar la vista y los nervios. Todo será hormigón y asfalto. Hay docenas y docenas de carteles, a ambos lados de la carretera, ofreciendo terrenos en venta o en arriendo, se entiende que para comercios y viviendas.

Como para dramatizar más la circunstancia, justamente esta mañana, escuchamos por radio, que la población de Florida ya no es de 11 millones sino que, el otro día, pasó de 12 millones; y que se anticipa la continuación de un crecimiento que las estructuras socio-económico-policiales no llegan a absorber y manejar.

A unos 100 kilómetros de Tarpon Springs, llegamos a un sitio arqueológico cerca del pueblo de Crystal River, sitio que, por desconocerse su nombre original, se llamó, como tantas veces ocurre, por el nombre de dicho pueblo cercano.

Resulta que, desde la bahía de Tampa, estábamos viajando en el estirado ex-territorio costero de una ex-cultura conocida hoy por este sitio Crystal River Complex; territorio que sigue extendiéndose a por lo menos otros 300 kilómetros desde aquí a lo largo del golfo de México hasta la desembocadura del río Apalachicola.

De dicha cultura, muy poco se encontró, casi sólo este sitio; y, en este sitio, sólo hay vestigios que es menester calificar de fantasmales: unos túmulos suaves, apenas sobresaliendo del terreno básico.

Vimos - con la ayuda de nuestra imaginación - una explanada llana central rodeada muy irregularmente por seis túmulos.

Dos de estos túmulos son restos de dos plataformas de tierra, que servían de zócalo para edificios religiosos; en una de las plataformas, se puede incluso especificar tres tales edificios.

Naturalmente, todas estas palabras suenan demasiado importantes para lo que era la realidad, son palabras engañosas, porque estos "edificios religiosos", si bien eran ello en su función, eran simplemente chozas de parantes de troncos y techos de paja. Parantes ni paja ya no se encontró, naturalmente, sino los hoyos dejados por los parantes, hoyos luego rellenados por sedimentación natural de otra tierra, lo mismo que vimos en Pechiche.

En el centro de cada tal sitio de choza, se encontró unos artículos de ritos religiosos.  Por lo menos, así se los interpreta.

Estas dos plataformas, en su estado original, tenían sendas largas rampas inclinadas de acceso, de las cuales, hoy, se adivina sólo parte de una. Esta combinación de plataforma a manera de zócalo con rampa de acceso es idéntica a las plataformas elevadas y rampas de acceso inclinadas que vimos al norte de Quito.

Otros dos de los túmulos tienen forma cónica que refleja su forma cónica original. Estos dos túmulos son de sepulturas; en uno de ellos, se encontró 30 tumbas, en el otro, se encontró 425.