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Un Vespucciano anglo, después de echar un vistazo a nuestro itinerario, y creyendo - siempre la misma psicología - que eso era sólo nuestro propósito, nos dijo:

- Tienen que estar chiflados, querer ir "ahí abajo".
- Ya estuvimos ahí abajo.
- Están realmente chiflados.
- ¿Por qué?
- Todos esos países de m....., podridos de guerras.
- Pero estamos aquí sanos y salvos.
- Sí, pero están locos.
- ¿Estuvo Usted ahí?
- No.

Opinión que refleja no solamente este individuo en particular - que, por otra parte, se enorgullese con mandar cada año una contribución financiera a su televisora cultural local - sino que refleja seguramente todo el segmento cultural del cual es parte, de la sociedad vespucciana.

M Hablando de propalación radial, la radiodifusión en Vespuccia es siempre la misma, así como era, cuatro años atrás; las mismas especulaciones en cuanto a un acuerdo antiarmamentista; las mismas controversias en torno a usinas electrógenas nucleares; los mismos programas semanales varios y, naturalmente, el mismo contraste entre, por una parte, la solitaria radiodifusora intelectual sin publicidad, parte de la cadena de National Public Radio, acompañada quizás por una solitaria radiodifusora de música clásica basada en publicidad, y por otra parte, el habitual océano de mediocridad. Se impone otra vez destacar la calidad de enfoque de la National Public Radio, haciendo cautivante escuchar un programa, aunque no interese el tema.

M Hablando de publicidad en una radiodifusora de música clásica, es curioso analizar cómo se dirige exclusivamente a un público adinerado, ofreciendo ¿qué? - servicios bancarios, servicios financieros, propiedades inmobiliarias, viajes, equipos electrónicos, teléfonos para automotores, antigüedades, etc. También, uno no puede no enterarse, cada día, de los altibajos en los precios, tanto del oro y demás metales preciosos en Zürich, Londres y Nueva York, como de los principales papeles de la bolsa de Nueva York - parecen más importantes para los oyentes que las subidas y bajadas, más bien subidas, en el precio de las necesidades diarias en el supermercado local.

La verdad es que, a primera vista, parece raro eliminar del interés artístico a los más humildes, pero la verdad es, a segunda vista, que siempre fueron los adinerados que sostuvieron las artes, si bien siempre también hubo humildes que las apreciaron.

M Hablando de Anglos e Hispanos, en Miami tuvimos la irritante y, a la larga, deprimente, pero también interesante, oportunidad de comparar la mentalidad angla y la mentalidad hispana en su reacción a algo desconocido - nosotros - en su barrio.