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sofocación por hoteles de todos tamaños y todos niveles, asqueantes por su propia cantidad y acumulación; y por tropas de turistas no sabiendo qué hacer con sí mismos y con su tiempo - cómo se entiende que, en muchas publicidades hoteleras, se pone tanto énfasis en la prestación de "actividades sociales organizadas". En el mismo renglón, Maiami, como se pronuncia Miami, es el mayor puerto de escala de cruceros turísticos de la Tierra, con más de dos millones de pasajeros por año.

M Más allá de la contracosta, se mueve un gigante muy conocido como realidad pero muy abstracto como visualización - que no podría ser de otra manera - un río de agua fluyendo entre dos orillas de agua, río cuyo caudal, según se calcula, es más de mil veces mayor que el caudal del río Mísisipi, y cuya velocidad, con todo, es mayor que la del Mísisipi: la famosa Corriente del Golfo, más conocida, no se entiende por qué, como Gulf Stream, que arranca del golfo de México - pero sin la cual Europa tendría un clima mucho menos benigno de lo que tiene, y sin la cual los Rusos probablemente no tendrían puerto de mar en Murmansk, del lado nor-oriental de Escandinavia. Nos podemos imaginar algunos patriotas vespuccianos rusófobos soñando con cortarla o por lo menos con desviarla de su destino en Murmansk.

Naturalmente, este monstruo acuático, por causa de sus orillas acuáticas, no tiene un cauce tan fijo como un río común, por lo que, más que a un río común, se puede asemejar a una serpiente ondulante; pero, por cálculos de oceanógrafos, la distancia media entre su orilla occidental y la contracosta de Miami es de sólo ocho kilómetros, prácticamente al alcance de la mano. Un poco más al norte, la Corriente del Golfo se aproxima más aun a la Florida, a sólo cinco, si bien fluctuantes, kilómetros de la costa, antes de empezar a desviar hacia Europa.  Cuanto más al norte, tanto más apacigua su velocidad.

No, no se entiende que sea conocida por nombre inglés cuando el golfo de México es tan hispanófono como anglófono, y alguna vez fue todo hispanófono.

M Otro aspecto fundamental de Miami, y otra similitud con Los Angeles, es su hispanismo.  Hay barrios donde mejor no aventurarse si no se habla español.

Un Vespucciano anglo se nos quejó que tiene que estar aprendiendo castellano para poder entenderse con esos "malditos Hispanos". Escuchamos, en un negocio, otro Vespucciano anglo, pidiendo con todo esfuerzo y esmero en español un "café grande" porque muy bien sabía que nada hubiese conseguido en inglés.

Por lo menos, hay buena voluntad; hay que reconocer, con la satisfacción que suscita cualquier buena voluntad; buena voluntad tanto más loable que la opinión que tienen los Vespuccianos anglos de los Hispanos no es exactamente de admiración ni mucho menos.