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  … Por lo menos, es una de las anclas de la Santa María, porque, muy naturalmente, una nave llevaría varias; y, por lo tanto, se supone que debe de haber todavía una o varias por descubrir. El problema es que esta ancla fue descubierta cerca de Bellevue-Fournier, en un lugar que no puede haber sido el lugar del naufragio por encontrarse a 1,7 kilómetro tierra adentro, a una profundidad de 1,3 metro; seguramente transportada por alguien, tal vez los paraborígenes; pero con qué propósito, una cosa tan pesada, incómoda e inútil, sería la pregunta; y quién sabe a dónde pueden haber ido a parar la o las otras anclas.

  Por lo menos se cree, en base a incontrovertibles evidencias circunstanciales, que es una de las anclas de la Santa María; porque, a más de haber sido descubierta en aquel lugar que no puede haber sido el de la encalladura, fue descubierta, después de un hiato de siglos, recién en el siglo XVIII; de manera que es menester considerar que cualquier cosa puede haber ocurrido, que bien podría ser de otro barco pequeño de la época heroica.

   …  Empero, tan incontrovertibles parecen las evidencias circunstanciales a los entendidos que se las considera científicas, y que esa ancla fue utilizada en uno de los muchos posibles quincentenarios del natalicio del Gran Almirante.

Sigue el museo con las subsiguientes atrocidades de los Cristianos contra los paraborígenes - esclavitud a muerte, manos cortadas a hachazos, ojos arrancados a cuchilladas, y tantas otras. Sigue el museo con el reemplazo de la esclavitud de los paraborígenes genocidados por la esclavitud de los Negros importados de Africa, y con las atrocidades de los fervientes Cristianos contra éstos.

Nos preguntamos cómo fue la reacción mutua entre los últimos paraborígenes-esclavos y los primeros Negros-esclavos; qué historias se habrán contado en su fraternidad de dolor.

En esta sección, hay una hermosísima estatua por un escultor europeo (parece que Europa es capaz de lo más sublime y de lo más ignominioso); estatua de una doncella negra, medio desnuda, medio cubierta de una manta; las partes visibles del cuerpo, de bronce oscuro, y la manta, de mármol níveo; bronce y mármol, muy finamente trabajados; el conjunto, una maravilla que tendría lugar de honor en cualquier museo de los grandes; la segunda estatua, en esta isla Española, notable por ser de dos materiales y por su valor intrínseco.

Sigue el museo con la rebelión de los esclavos contra los Blancos franceses - y con la victoria final sobre el cuerpo expedicionario de veinte mil hombres mandado por Napoleón para restablecer la esclavitud.

Termina el museo con la creación de Haïti libre - incluso su efímera división en reino, en el norte; y república, en el sur.