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indicios para el orgullo dominicano para proclamar, quizás con toda razón, que estos restos son el verdadero Cristóbal Colón - y para honrarlos con este monumento.


El féretro de Colón (véase el en Sevilla, en página 4585)

Mientras tanto, en España, los Españoles insisten, se nos siguió explicando, que los restos en España son el verdadero Colón - de manera que, ahora, tenemos dos candidatos a Cristóbal Colón, el gran Almirante de la Mar Océana.

Y mientras tanto, por colmo, hay evidencia de que el fantasma de otra duda más, terciaria, subsiste: ¿no podría ser que ninguno de los dos restos sea el auténtico? Según vimos, se desmontó totalmente el altar mayor y se está efectuando excavaciones bastante extensas y profundas para asegurarse, de una vez por todas, antes de 1992, el solemne Quincentenario, de que no hay un tercer Colón en acecho para complicar la vida todavía más. Si no fuera macabro o falto de respeto a los muertos, se podría invitar: "¿Querrá el verdadero Cristóbal Colón, por favor, ponerse de pie?".

Incidentalmente, toda la Catedral, así como muchos edificios de la Nueva Isabela, están en restauración, en preparación para las grandiosas conmemoraciones del medio milenio de la llegada de Colón.

Finalmente, se guarda en la Catedral la cruz de gruesos maderos plantada en el sitio donde luego se construiría la Catedral.

SD La fortaleza Ozama.

Es otra primicia europea en América; la primera fortaleza europea en América, iniciada apenas traspasado el umbral de 1500.

Aproximándose a ella, se ve, primero, una gran estructura, de altas torres circulares, de paredes perfectamente lisas, aglutinándose en un conjunto dominante e inexpugnable. Pero eso, la fortaleza no puede ser; no, no lo es; es un granero en el muelle del puerto para trigo importado de Canadá. Es bajando la vista de las alturas que se descubre una extensión parquizada con césped, alrededor de pulcros restos, restos de escasas murallas y de una torre, de la Fortaleza Ozama. Otro caso, éste, de hondo significado histórico pero de poco interés intrínseco, o nulo; la pulcra parquización lo hace todavía más insulso; ¿dónde está, ya sea la maciza grandiosidad de las fortificaciones de Cartagena de las Indias o la autenticidad del pequeño Portobelo?

Esta fortaleza, a orilla de la desembocadura del río que servía - y sirve - de puerto, no podía, por sí sola, defender el asentamiento. Hay ruinas de tres otros fuertes alrededor del recinto de la Nueva Isabela: fuertes, de la Concepción, de San Gil, de Santa Bárbara. Y también hay cortos restos de las murallas de circunvalación, con algunos de sus portales.

SD Otras ruinas y primicias son: del primer monasterio europeo en América, de San Francisco; del primer hospital europeo en América, de San Nicolás; de la >>>>>>>>