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¡¿Entonces, por qué esos dos - - - no sabemos qué nombre, dentro o fuera del diccionario, ponerles - por qué nos llevaron, el viernes, a la línea de navegación para buscar un precinto que finalmente no había, perdiendo, ellos mismos, tiempo; por qué nos llevaron de vuelta al puerto con el precinto provisional, perdiendo ellos mismos tiempo; por qué nos obligaron a venir hoy de Caracas - 32 kilómetros en taxi - y, ahora, a volver otra vez a Caracas - 32 kilómetros y en taxi; y por qué, ahora mismo, llamaban la línea de navegación como si fuera la única salvadora, y esperaban, y perdían su tiempo y el nuestro, cuando, el viernes, se podía haber caminado diez pasos hasta un galpón, y, por monedas, comprado un nuevo precinto, ahí mismo donde habían, ellos mismos, comprado el primero, minutos antes?!

¡¿Por qué, por qué, por qué?! Dos insondables trampas negras en los abismos de dos cráneos humanos, más inconcebibles que las trampas negras del espacio estelar. De entonces a ahora, más de una vez hemos meneado involuntariamente la cabeza en fascinación e incredulidad.

Y ahora, nos va impregnando una santa paz. Nos sentimos como estudiantes después de un examen, que dejan relajar sus fibras porque otra cosa ya no se puede hacer, o como pelotas de balompié, pateadas en todas las direcciones sin compasión ni pausa durante quince días - sí del 5 al 19 - en un partido sin cuartel. Sólo resta esperar el miércoles, para volar a Santo Domingo, con escala en San Juan.

Ah, sí, y aprendimos - por qué sorprenderse - que, finalmente, y hasta nuevo cambio, el barco no saldrá en la nueva fecha, el 21, sino, de vuelta, el 26 ó 27 como originalmente dicho.

También, estamos experimentando la extraña sensación del anonimato; nadie nos mira, nadie nos descortica, no existimos.

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CC Martes. ¿Qué hacer si no mirar la televisión? No para mirar televisión sino para seguir teniendo una ventana sobre Venezuela.

También ayer, de mañana, la observamos - ésta es una mejor palabra.

Parece que, en días de semana, cuando poca gente mira - porque hay que trabajar, no cierto - y tempranito en el día, cuando menos gente mira, los programas se vuelven substanciales y de directo interés para la sociedad.

Por ejemplo, entre tres canales, en el mismo momento, en uno, había una mesa redonda sobre dermatología del niño, con diapositivas muy gráficas; en otro, >>>>>>>>