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la energía, en este caso, está producida por reacciones nucleares en cadena controlada, las que, de todos modos, no se puede ver, y mejor no acercárseles, decidimos omitir esta oportunidad. Nos espera otra central termo-eléctrica más adelante.

Lo que no impidió nuestros solícitos interlocutores asegurarse de que nosotros supiéramos,

/\ que el combustible de las reacciones nucleares controladas es el uranio 235;

/\ que cada exátomo de uranio 235 tiene 92 partículas de carga eléctrica positiva, sus protones, 92 partículas de carga eléctrica negativa, sus electrones, y 143 partículas sin carga eléctrica, sus neutrones;

/\ también, que la base de la fuerza nuclear es la fisión de un exátomo de uranio, durante la cual 2 ó 3 de los 143 neutrones disparan a una velocidad de 19,000 kilómetros por segundo y, al estrellarse contra otros exátomos, producen una gran cantidad de energía y calor, y hasta desatan la fisión de estos otros exátomos.

/\ y que esta gran velocidad natural de los neutrones no serviría en una cadena de fisiones controlada, por lo que hay que reducir dicha velocidad artificialmente a una lentitud manejable de uno o dos kilómetros por segundo, lo que se logra por medio de la famosa agua pesada;

/\ y que es por los 143 neutrones + los 92 pares protones/electrones que este uranio es 235.

Así terminó nuestra visita a Toronto, la ciudad a medio hacer que quizás algún día será una linda metrópoli, con su cárcel zoológica a medio hacer que quizás algún día será tan impresionante en la realidad como lo es ahora en el papel.

Ahora, vamos a viajar hacia la ciudad de Kitchener.

El gasto en tiempo y en dinero para llegar hasta Kitchener va a ser para nosotros una pura lotería; siendo tal gasto como el precio del boleto; pero el premio mayor, si lo logramos, va a ser incalculable: según la información que tenemos, en Kitchener vive, si es que todavía vive, una mujer que debe de ser una anciana, que, cuando niña, a principios de este siglo, encontró en tierra maya, en la porción que hoy se llama Belice, en el sitio Lubaantún, cuando acompañaba a su padre en una expedición arqueológica, una calavera de cristal de cuarzo natural, una pieza única, increíble, hasta inverosímil, con las siguientes características:

* No se sabe cómo fue hecha. No hay ninguna marca de herramientas. Se calcula que, si fue pulida a mano, con agua y arena, como se supone, llevó varias generaciones de trabajo.

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Es imposible saber cuándo fue hecha. Cuarzo no cambia con edad, no se agrieta, no se desgasta, no atrae micro-organismos. Carbono 14 no sirve. Podría tener 100 años ó 100.000 años.

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Si es que es realmente maya, es otro misterio.   Existen dos otras calaveras >>>>>>>>