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  del entierro provisorio, con la melopea del caso; con acompañamiento de >>comida y letanías, se pinta el cráneo y los huesos grandes, y éstos, >>también se los adorna de plumas.
+  Así adornados los huesos, se los pone de vuelta en el canasto y se los lleva >>a la casa de la familia del difunto.
+  Allí, se los guarda dos o tres días.
+ Finalmente, una mañana, se lleva canasto y huesos a un río, una laguna, un >>lago, y se coloca el bulto en el lugar más profundo del agua.
+  Allí termina la odisea del finado, en la morada de las almas.

Llovió copiosamente hasta bien adelantada la tarde.

En la práctica, en nada ayuda, pero en lo abstracto, no deja de ser interesante que, cada minuto de cada día y de cada noche, llueve unos mil millones de toneladas de agua sobre el globo terráqueo; 1.000.000.000.000 de kilogramos - o sea, aproximadamente, litros - de agua, cada minuto.

Nos pareció una buena idea conocer la opinión de los militares respecto al estado del camino después de semejante lluvia. Según ellos, no hay problema, no se forman huellas, y en cuanto a lo resbaladizo, ni siquiera es necesario detenerse, es sólo cuestión de ir muy despacio y con cuidado.

Así que mañana, sí, muy de madrugada, echaremos a andar.

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MN  Atrás dejamos el ex-territorio de los obliterados Manaos.
FIN
Primer contacto con la ruta. De tierra muy apisonada; llena de una viruela de pequeños huecos y grietas que, seguramente, no permitirá velocidades espectaculares; pero la gran sorpresa, buena por una vez, es que, a pesar de la larga lluvia de ayer, todo está seco.


110 kilómetros al norte de Manaos

160 kilómetros recorridos. Camino sin problemas; o sea, mucha trepidación, permanentes subidas y bajadas, siendo, por las trepidaciones, cada subida bastante difícil porque no se puede levantar velocidad, y cada bajada, igualmente penosa porque hay que ir frenando mucho; velocidad, entre 30 y 15 kilómetros por hora, raras veces hasta 50. Pero el camino es firme, no hay zanjas transversales tragacoches, así que la vida es color rosa.

Sorprendentemente, bastantes asentamientos a lo largo de este camino, del tipo parcela, familia por familia, vale decir que la selva, aquí también, es víctima del desmonte, pero en pequeña escala; y, en muchos casos, va reconquistando su terreno, creciendo tan tupida como antes, si no más.