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vehículo que probablemente hubiese terminado en desastre, en los macro-pozos del camino a Manaos.

A la entrada a Humaitá, el camino se divide en dos ramales, pero a dónde lleva cada ramal es el secreto mejor guardado del pueblo. Sin cartel. En compensación probablemente, tres rompemuelles asesinos, realmente más allá de cualquier comentario. Las calles del pueblo, naturalmente tienen sus desperfectos propios. Uno de éstos, que se repite varias veces, una canaleta mal tapada, fue nuestra buena suerte porque nos hizo escuchar y localizar un ruido debajo del vehículo. No el ruido corregido en Porto Velho sino algo nuevo.

Otra vez, el soporte del amortiguador. Otra vez, soldadura quebrada. Nos pareció sin esperanza querer encontrar un soldador responsable en tal villorrio. Pero pensamos en el peligro de enfrentar los macro-pozos sin amortiguador; y, entre dos males, elegimos el menor: buscar un soldador. Y he aquí que interviene la suerte de las migraciones humanas. Así como hemos visto ya cabezas rubias en otras partes, aquí, en Humaitá, también las hay, y también venidas de las colonias alemanas del sur del Brasil. Tuvimos la suerte de encontrar un taller cuyo dueño es justamente tal descendiente de Alemán. Se hizo la soldadura, y ahora, a esperar la prueba del fuego, o mejor dicho de los pozos.

Si no nos hubiésemos ido a Humaitá, hubiésemos enfrentado los pozos sin amortiguador, con el peligro, para no decir la certeza, de ir rompiendo las hojas de elásticos, una tras la otra. Siempre una lucecita de suerte nos está guiando.

En cuanto a la rodovía transamazónica propia, en cierta medida estábamos lamentando que no la tuviéramos, que no la podíamos tener, también incluida en nuestro itinerario, por su rango de legenda y porque recorre una de las zonas más internas del Brasil. Ahora, lo lamentamos menos porque aprendimos que, a su largo, hay más densidad de población invasora que a lo largo de nuestra carretera a Manaos - ello se debe, a la buena calidad, o más exactamente mejorcita calidad, de la tierra, para cultivos, y a un buen lavado de oro; aprendimos que una villa, hace poco fundada, está creciendo de tal manera que pronto va a ser mayor que esta Humaitá comparativamente ya bastante antigua.

Tales casos de crecimiento espectacular, así como seguramente debe de haber casos de estancamiento espectacular - por causas no previstas, e incluso imprevisibles - muestran el peligroso academismo de la planificación prevista de cómo colonizar la selva, que, en el papel, figura así:

agrovillas = grupos de trabajo de unas 1.500 personas, a 10 kilómetros uno >>>             del otro;
-     agrópolis   concentran a 22 agrovillas dentro de un radio de 50 kilómetros;
- rurópolis  = centro de sostén para 3 agrópolis; con facilidades urbanas, >>>>>>>>      >>comerciales e industriales.