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Esta mañana, cuando fuimos a aprovechar el baño del posto-caravanserrallo, no sabíamos que nos esperaba un Palacio de las Aguas. El mejor recinto de baños públicos que hemos visto en toda América, todita.

Paredes, con azulejos de lujo y de buen gusto; baldosas sobriamente decorativas de un color adecuado a la tierra colorada que se trae de afuera; una profusión de piletas, incluso con una pileta al tamaño y altura de niños, ya que niños también viajan con los camioneros; cuartos individuales de ducha a elegir fría o caliente, con antecámaras; espejos; sanitarios con el gran lujo de tener papel - claro que sin asientos; sólo con agujeros, eso sí, de porcelana, en el suelo, pero esto ya lo hemos visto bastante veces para haber perdido nuestro asombro inicial; incluso, se puede decir que es más higiénico que el cómodo sistema de los asientos, aun cuando supuestamente aseptizados. Todo ello, engalanado con varias generosas plantas verdes en la sala central de este Palacio de las Aguas.

Y ¿quién tuvo - ¿qué hace falta tener ... idealismo, energía, visión? - suficiente para armar semejante oasis, semejante Palacio de las Aguas, en contra de la innata porquería y destructividad de la raza humana?  Un Japonés.

Todo ello, en miserable y perdido Pimenta Bueno.

Sí, Pimenta Bueno Desde la primera vez que vimos este topónimo, nos preguntamos si no era un error; pero no; así es la incongruencia.

Pimenta Bueno es, como ya dicho, uno de los tres asentamientos alóctonos vinculados con las tierras de los Fajas Anchas; y es una ilustración de lo que está ocurriendo - del transvase del dominio del ambiente, de los autóctonos a los alóctonos, de los paraborígenes a los invasores: mientras Pimenta Bueno propio es el desbarajuste de desarrollo pionero que vemos, en contraste, un territorio de los Fajas Anchas, vecino a Pimenta Bueno, que contaba, en la década de 1970, unas veinte aldeas, en 1981 contaba una sola aldea ... sobre una superficie de 233.000 hectáreas; y ni siquiera en ocupación exclusiva de los Fajas Anchas porque, en 1981, con el puñado de Fajas Anchas, también había un puñado de Suruis, en total, 190 almas.

Hablando de transvase, han ocurrido casos cuando un puesto de la Funai se encontró bajo la crítica desde ambos lados: por los paraborígenes por no echar a los invasores, y por los invasores por apoyar a los paraborígenes. Un caso concreto, cerca de acá: el puesto Sete de Setembro, cerca del pueblo de Cacoal.