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De algunos en el agua, ni el pedazo de lomo se ve, tan sólo los hemisferios periscópicos de sus ojos espiando a ras del agua. A veces, también el hocico se ve. Vemos cómo estos bichos, de su inmovilidad pétrea a flor de agua, se dejan sumergir totalmente con gran lentitud, sin siquiera mover el agua, sin dejar rastro de movimiento, fuera de vista. Pero ahí, debajo de la placidez, están en acecho. Pueden darse el lujo. Tienen gran provisión de aire; tienen un dispositivo, a la manera de los castores, de oclusión en el fondo de la boca, que les permite arrebatar sus presas aun dentro del agua sin inundar sus vías respiratorias.

Bastante siniestra, esta mezcla de calculada lentitud, de aparente calma del agua, y de la escondida, eficaz, ferocidad.

Algunos yacarés, al salir del agua, se muestran en la inhabitual posición de caminar erguidos como cuadrúpedos en vez de reptar como reptiles.

Por cuanto, de inmediato se nos impone la inocente, maravillada, compulsiva, pregunta de qué docta eminencia puso en la misma categoría a cocodrilos y serpientes; qué docta eminencia jamás vio una serpiente levantarse sobre cuatro patas y caminar; cuando nuestros ojos ven una doble evidencia, de morfología y de comportamiento, para que cocodrilos y análogos no sean mal-llamados reptiles, en contra del obvio significado de esta palabra.

Por una parte, vemos una morfología y capabilidad de cuadrúpedos en estos yacarés, por lo tanto como en perros, etc., y totalmente ajenas a la morfología y capabilidad de serpientes.

Por otra parte, vemos que la locomoción de estos yacarés, cuando no caminan como otros cuadrúpedos, no es de reptación sino de arrastre, no de reptación ondulatoria sino de deambular pedestre por más que sea a ras de tierra.

Por lo tanto, en estos yacarés, más que reptiles que no reptan, vemos cuadrúpedos, y para diferenciarlos de cuadrúpedos normales - porque hay que reconocer lo obvio, que son diferentes - vemos en ellos cuadrúpedos rastreantes, o mejor, bivalentes, de dos capabilidades.

Y que ninguna docta eminencia, o aun cofradía de ellas, nos venga a decir que hay algún eslabón evolutivo que hace puente entre estos cuadrúpedos y serpientes porque aun así, en el mejor espíritu de acomodo, estos yacarés serían algo como para-reptiles pero nunca reptiles a secas porque simplemente no reptan.

Así que, ahora, a elegir entre cuadrúpedos bivalentes y para-reptiles.

Por otra parte, ¿por qué tanta sorpresa, en un mundo de doctas eminencias pontificando la existencia de ¡"reptiles" ... voladores!? ¿Otro caso de descarriamiento de las masas por aquellos que tendrían que guiarlas?