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Ah, pero estamos viendo que este camino de tierra no es un camino de tierra; es una huella precaria reptando a la derecha o a la izquierda de lo que, algún día, será la continuación del asfalto. Así que es tierra si se quiere, pero no es camino de tierra, es huella. Además, con un kilometraje fácilmente doble de lo que hubiese sido el camino.  Otra vez, pues, información incorrecta.

Ya está. Llegamos a Jussará. Por muchas subidas, de tierra, y muchas bajadas, de tierra, y muchas curvas, de tierra, todo muy estrecho - exactamente como estuvo mandando la topografía al natural, a veces llegando hasta el mismo fondo de las hondonadas, a veces cruzándolas por una pasarela de troncos desbastados, más bien dos rieles de troncos desbastados, cuyo cruce requiere hacer caso omiso de cualquier uso de la razón y aventurarse con fe ciega, si bien con los ojos muy abiertos para apuntar las ruedas exactamente al centímetro donde tienen que pasar.



En otro puente hubo un solo tronco de cada lado; no nos quedó coraje para sacarle una fotografia

Como seguramente no hay verificaciones sistemáticas del estado de tales improvisaciones, nos preguntamos cómo se hace obvio cuando una tal improvisación de troncos apenas aplanados se vuelve insostenible. No queremos pensar que es cuando se derrumba al paso de algún vehículo, junto con el vehículo - y menos queremos pensar que podría ser con el nuestro.

Qué lujo, los anchos, lisos, pontones de hielo en el Alto Artico, en comparación.

Pero ahora, felizmente - exactamente como esperado en base a la información de ayer - asfalto; 160 kilómetros de asfalto. Vamos a recuperar el tiempo perdido.

¡No, no puede ser! Tenemos que averiguar: apenas si empezamos a andar - quizás unos 20 kilómetros de asfalto - y, otra vez, tierra.

Averiguamos.

- ¿Asfalto hasta Barra do Garças? No, señor. Todito de tierra; 200 kilómetros de tierra.

Pero ¿cómo pudo decirnos el tipo de anoche tan enfáticamente que es todo de asfalto? Realmente parecía que sabía lo que decía. ¡Increíble! Y, éste también, nos dio, ahora, una información equivocada - por lo menos esperamos - porque sabemos - por lo menos creemos saber - que no son 200 kilómetros sino, muy felizmente, sólo 140.

Estamos tragándonos muy penosamente kilómetros de camino de tierra; lamentablemente, pésimo - no es camino de tierra ni de otra cosa, es una tabla de lavar. Cualquier velocidad mayor de 0 kilómetro es demasiada. Como hay que moverse, andamos a 30 kilómetros por hora, en primera o en segunda, y el vehículo sufre, sufre, y nosotros con él. No más esperanza de llegar a Barra do Garças en el curso del día para tratar de conseguir información respecto al >>>>>>>>