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en comparación con sus congéneres de Sud Africa los hace mucho más solicitados para usos industriales.

║ En el Brasil, nadie es propietario de minas. Por ley, la riqueza mineral es propiedad del Estado, que otorga sólo concesiones.

Las piedras preciosas, y/o semi-preciosas cómo quiera llamárselas, que llegan a las manos y ojos del público siempre tienen tamaño limitado, pero, a veces, se encuentra grandes bloques de dichas piedras en bruto, con peso hasta de varias toneladas. Sin embargo, debido a la cantidad de imperfecciones que contienen tales gigantes, sólo llega a aprovecharse un pequeñísimo porcentaje de su volumen para el tallado de gemas perfectas.

║ La producción de oro del Brasil es de cerca de 40 toneladas por año, siendo producidas 32 toneladas artesanalmente, y sólo 8 toneladas en mineralizaciones industriales. Las reservas están calculadas en 30.000 toneladas, así que hay todavía para rato.

║ El Brasil es, además, el mayor productor de la Tierra de las llamadas gemas de color. Quizás fue esto otra razón para el éxito fenomenal del empeño de aquel joven inmigrante con acordeón.

RJ Finalmente, nuestra estación de servicio bien se merece una nota. Es una estación museo; no por sus diez surtidores de alconafta, diez surtidores de alcohol puro y un surtidor de diésel, sino por su ambiente.

Su limpieza es meticulosa, fresca, de laboratorio modelo. Los empleados tienen un uniforme blanco siempre inmaculado, con listas decorativas rojas y amarillas. Cada surtidor está provisto de una luz de tráfico verde/roja para ir guiando a los motoristas que llegan. Cada surtidor también está provisto de dos mangueritas terminadas con vaporizadores que estarían más en su lugar en un consultorio dental que en una estación de servicio: una, tiene una mezcla jabonosa bajo presión y la otra, agua bajo presión, para limpiar los vidrios de adelante y de atrás de cada vehículo. Siempre hay música ligera por toda la estación, transmitida por altoparlantes de primerísima calidad.

La oficina del dueño, nuestro huésped, no es un rincón roñoso, sino una amplia oficina amoblada como un escritorio de directorio. Y el dueño, un Alemán, está encima de cada detalle. A las 6:30, ya está; a las 21, todavía está. Entre los dos, no sabríamos decir porque no estamos. Un solo detalle falta para que esta estación sea realmente ejemplar, y es que los picos de las mangueras de los surtidores sean provistos de un fuelle que selle el pico contra la carrocería de los vehículos de manera que no escapen emanaciones del combustible, así como lo vimos en Alta California.

Fuimos, ya por costumbre parece, al consulado venezolano a olfatear qué cuentan aquí. Aquí, cuentan otra cosa.  Nos dijeron que, si bien no podrían >>>>>>>>