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esta cerámica probablemente agarraría menos mugre que la rugosidad del presente cemento de mala calidad o, por lo menos, de mala terminación.

El interior, es mejor que el exterior porque, en la oscuridad, no se ve la fealdad del cemento, y sí hay cuatro grandes panales de vitrales a toda la altura, bastante apreciable, del edificio.

Más allá de esta generalidad, el interior del templo da lugar a otros comentarios.

Los bancos llaman la atención por estar colocados innovadoramente en hemiciclo, lo que, después de todo, parece normal, prácticamente obligado, en el plano en círculo del templo. Incluso, parece mucho mejor que la habitual disposición rectangular porque permite una mejor consubstanciación de los feligreses y del oficiante.

Lamentablemente, esos bancos presentan dos problemas: un problema es que son del tipo totalmente rudimentario e inconfortable de bancos de un refectorio de cárcel; y el segundo problema es, para hacer el primero todavía peor, que, a segunda vista, uno se da cuenta de que unas pocas primeras filas son del tipo sillón de madera tallada y con tapizado de cuero o plástico, creando una desigualdad ofensiva en la propia casa de Dios.



Adentro

Otra cosa que no se puede no notar en seguida, con un estremecimiento a lo largo de la espina dorsal, es la tremenda batería de quizás diez enormes altoparlantes paralelepipédicos como principal decoración, atrás y un poco encima del altar; y también, una corona de doce altoparlantes menores, redondos, colgando encima del crucifijo, probablemente una peor corona para Cristo que la corona de espinas.

Es ciertamente mucho más fácil representarse un astuto energúmeno de la canción popular en el medio del podio del altar, descargando los cañones de sus decibeles a sus enloquecidos idólatras, que un oficiante y sus feligreses en comunión.

No hay Viacrucis en esta iglesia. En su vez, hay varios bajos relieves sobre temas históricos, como ser la llegada de los Portugueses, la fundación de Baía de - bueno, Rio de Janeiro, etc. Sin embargo, aprendimos que, eventualmente, habrá una Viacrucis, que es cuestión de fondos y de tiempo. Por ahora, hay otros problemas, y otra manera de gastar fondos, que es encontrar la manera de impedir que llueva dentro del templo por los vitrales.

Una novedad un poco sorprendente es la presencia de baños públicos, y con entrada directamente desde el templo, ya que no hay otro lugar donde esconderse.

Finalmente, por lo visto en esta iglesia, hoy en día, todos los feligreses, o casi todos, deben de ser santitos: hay sólo dos confesionales solitarios en esta iglesia con capacidad para 21.000 personas, 6.400 sentadas, aproximadamente 15.000 de pie.