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SP Una buena mañana, con la cabeza un poco despejada de tantas cosas ya solucionadas, y por lo tanto más libre para percibir vibraciones subconscientes si se quiere, se nos hizo oír una vocecita instigándonos a ir al consulado vespucciano a ver si tendría un taller especializado en la atención de sus propios coches.

No sabíamos qué haríamos exactamente con tal taller, aunque existiera, pero fuimos. Sí, y nos dieron la dirección. No teníamos razón alguna para ir a tal taller, pero fuimos. Resulta que, allí, tropezamos con lo que más deseábamos y en lo que menos pensábamos: una bomba de nafta, sí, una bomba de nafta para nuestro vehículo. En verdad, va a ser otro mundo para nosotros con esta bomba de repuesto. De paso, se hizo una revisación mecánica completa, con algunos arreglos necesarios.

SP Fuimos al consulado de Venezuela para el propósito de siempre. Misma negativa, por la misma razón. Hay que pedir las visas por telex a Caracas; vale decir, para nosotros, que tendremos que volver a Buenos Aires, esperando encontrar allí a nuestro cónsul, y encontrarlo en el mismo buen humor. ¡Qué barbaridad!

Pero, en este consulado, la negativa por lo menos vino envuelta con amabilidad, caballerosidad, empatía. Una demostración de la validez de nuestra reprobación de la tosquedad del cónsul venezolano en Asunción. También nos recalcó el cónsul acá no tratar de conseguir una visa por casualidad en otro consulado, porque en la frontera, de todos modos, nos pararían por una visa mal otorgada. También, lamentando las consecuencias para nosotros de las regulaciones venezolanas, incluso nos dio una recomendación suya para su amigo, el embajador venezolano en Buenos Aires.

SP  En São Paulo, por primera vez en toda la Expedición, vemos, en negocios y en portones de fábricas, bastante carteles pidiendo obreros y empleados.

A pesar de, y dentro de, un grandioso plan de estabilización económica que se implantó justamente poco tiempo antes de nuestra llegada al Brasil, el gobierno, ignorando sus propias reglas de estabilidad de precios, aumentó el precio de la alconafta de un 28/oo ...

SP Todo lo susodescrito tuvo lugar, o fue hecho, contra un trasfondo de limitaciones de energías personales.

Desde el momento cuando llegamos a São Paulo hasta ahora mismo, tuvimos que luchar con los altibajos de una muy fuerte tos como nunca tosimos; otra gente también tosía. ¿Una epidemie de gripe? Más probablemente irritación por la tremenda contaminación, por el millón de toneladas de monóxido de carbono agregado anualmente al aire de São Paulo.

Božka tuvo una inflamación de la piel en una mejilla y alrededor de un ojo como nunca tuvo.  ¿Por qué?  Quién sabe - ¿intoxicación por el ambiente? >>>>>>>>