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Ironía aparte, sería muy interesante, si alguna demostración desvirtuando los indicios presentados existiese, escucharla.

Dos notas finales.

1) Observamos una cosa, y al respecto nos preguntamos una cosa. Observamos que la señora directora recurrió impulsivamente al argumento casero de la incapabilidad de los Vikingos de moverse por el mundo, en vez de esgrimir uno de los dos argumentos favoritos de cofrades académicos rehusando reconocer la validez de algo que pudiera infringir sus dogmas, a saber el argumento de que la novedad ofrecida no existe, o de que la novedad ofrecida es una falsificación.

Y nos preguntamos si la señora directora - habiendo recurrido a su argumento, tan ridículo considerando la sorprendente, innegable y admirable expansión de los Vikingos desde el mar Caspio en el confín asiático, por un lado, hasta Terra Nova, en el confín americano, por el otro - no admitió implícitamente que los indicios ofrecidos existen, que no son falsificaciones y que significan realmente lo que aparentemente significan, la realidad de los Vikingos en Paraguay.

2) Nos preguntamos si lo vikingo en Paraguay no está, ahora, en el mismo estadio en el cual estaba lo vikingo en Terra Nova y alrededores durante décadas, cuando los indicios a favor de los Vikingos en Terra Nova y alrededores se acumulaban ante la porfiada negativa de los doctorados con su irrebatible, convincente, científico, contra-argumento de que "¿Vikingos en América? - no puede ser", hasta cuando los estamentos tuvieron que ceder y conceder que había habido Vikingos en América, y por colmo de desgracia, 500 años antes de Cristóbal Colón.

¿Se está repitiendo la historia? Lamentablemente, aquí, no hay equivalente de las sagas de Islandia y Groenlandia. Y, por la diferencia de siglos, generaciones, materiales disponibles, clima, difícil que aquí se encuentre vestigios como en Straumfjord. Nos interesa: ¿qué está por pasar, cuándo, cómo, con este tema?

A ver si, mañana, salimos para el Chaco y sus colonias mennonitas; y a ver si el tiempo nos acompaña porque desde que estamos en Asunción, a más del gran huracán y de otra tormenta fuerte, llueve la mitad del tiempo.

Esperamos que es un descalabro local del clima y que nuestros datos de clima para el Brasil, que nos sirven de base para el cronograma de la Expedición - según los cuales la sequía empieza en el sur y se expande progresivamente hacia el norte y está en sus mejores meses en junio, julio y agosto - no son incorrectos.

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