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capa de nieve sin solución de continuidad que cubría todo lo demás. Así que nos encontramos con la blancura general petrificada de frío, perforada por la misteriosa negrura debajo de las poderosas volutas de vapor.

Era un lugar donde el río no se había, o todavía no se había, congelado porque salta violentamente por entre las rocas de un recial. Los espesos nubarrones se debían a la diferencia de palintura entre el agua y el aire.

Finalmente, el vapor se condensaba en blanca escarcha en los árboles vecinos, como plácida, inmaculada, corona alrededor de la olla diabólica.

Božka acaba de calcular que la criotura, mientras estábamos tratando de tomar una fotografía imposible - y tomando en cuenta el coeficiente de la velocidad del viento - era de entre 54 y 57 grados bajo cero, según la inestabilidad del viento.

Tomar fotografías con semejantes fríos, o aun con solamente 30 ó 20 bajo cero, no es la operación habitual. Hay que acostumbrarse al estorbo, o cuanto menos a la interferencia, del cable eléctrico uniendo ahora la cámara al cuerpo del fotógrafo - más exactamente la cámara a su batería eléctrica que está, ya no en la cámara donde no aguantaría el frío sino contra el calorcito del cuerpo del fotógrafo.

Una norma que respetamos celosamente es guardar nuestras tres cámaras y todos sus lentes siempre en el frío ambiente máximo. Aun en el vehículo, guardamos cámaras y lentes de tal manera que entibiamientos internos en el vehículo cuando viajamos o cocinamos no los alcanzan. Dejarlos entibiar y luego exponerlos a semejante frío sería su muerte.

Otra cosa inhabitual: el fotógrafo tiene que acostumbrarse a manipular cámaras y lentes con guantes. Otro cambio de lo ordinario: la tentación de limpiar una pelusita en el lente con un soplo de la boca se vuelve, en estos fríos, pecado mortal, y su castigo es, cuanto menos, la imposibilidad de tomar la fotografía apetecida; por el hálito congelado en el lente.

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El mañana de ayer es hoy; pero hoy, no será.

Anoche, empezó a nevar, y sigue nevando - de manera intermitente, pero a veces bastante fuerte. No queremos encontrarnos por decisión propia en lo que podría volverse una tormenta fuerte, según lo anunció el pronóstico; además, hay cosas que tenemos que arreglar, como ser, la pala y el hacha, que hasta ahora estaban en el porta-equipaje, acomodarlas en el frente del vehículo; parte del >>>>>>>>