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Todas estas afirmaciones y todos estos rumores, no por parte de terceros sino directamente de varios oficiales del Departamento de Policía. De manera que, finalizado con éxito y en tiempo tan rápido, cuatro horas, el trámite principal, decidimos averiguar, de una vez, cómo era la verdad.

Mediante dos horas más de nuestro tiempo, y nuestro tenaz esfuerzo, averiguamos que, efectivamente, para el común de los mortales no hay trámite más rápido. Veinte días son veinte días. Pero que, para los mortales como nosotros, con bastante persistencia para llegar a un subcomisario del servicio, y con la excelente razón de tener domicilio en el exterior, los 20 días se reducen a 7 días, y sin siquiera pagar arancel más elevado.

Mientras esperábamos en la antecámara del señor subcomisario, vino una mujer de limpieza con una aspiradora. Instantáneamente cesó toda actividad. Imposible hablar, imposible oír, tan infernal era el ruido de la máquina, cuando existen aspiradoras gigantes que andan como un murmullo. Una idea para evitar tal situación - que nunca se nos hubiese ocurrido por lo brillante que es, de no haberla visto puesta en práctica en otras oficinas - sería hacer la limpieza fuera del horario de atención al público.

De todos modos, estamos en período de espera reducida. Si todo sale bien, dentro de pocos días tendremos nuestros pasaportes.

Una conclusión a la cual, lamentablemente, llegamos, es que, apenas tengamos los pasaportes, tendremos que volar a Nueva York para solucionar nuevos problemas causados por el tremendo alargamiento - y posibles nuevos alargamientos - de nuestra Expedición.

\BA/
  º║º He aquí otras observaciones varias.



De paso, este original tanque para agua

º En una oportunidad, nos habló una mujer en la calle, y nos dijo "soy Argentina pero me avergüenzo de serlo". En otra oportunidad, un hombre en la calle también se expresó negativamente en cuanto a la Argentina, diciendo que no la arreglaba nadie porque hay demasiada prepotencia y demasiada falta de cabeza.

º El día jueves 6 de febrero, a última hora, ya regresando a nuestra quinta, se nos heló la sangre: otra vez - sólo unos segundos pero fue bastante - el monstruo del ruido de Bariloche ... en el ruido de Calafate, ni pensamos; de manera que, si bien no recurrió el ruido hasta llegar a la quinta, pasamos una noche que no es menester calificar.

  Al día siguiente, la lotería de encontrar un taller no asesino. No hallaron nada deficiente. ¿Entonces? Se pasaron media hora con la auscultación y no quisieron cobrar nada.

º Fuimos al hipermercado Jumbo, hermano del hipermercado Jumbo de Santiago de Chile. Ambos de la misma empresa. No se pueden equiparar. Todo lo extraordinario del Jumbo de Santiago, aquí se reduce a falta de chispa.