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datos directos de la presencia de OVNI's, pero sí tener frecuentes contactos telepáticos con seres extraterrestres. Se lanzó en largas, complejas y esotéricas consideraciones, de las cuales, por ser ellas no sabemos si infinitamente elevadas o infinitamente abismales, pudimos captar poco y nada.

Entre lo tangible que pudo ser captado por nuestras humildes cabezas, se destacan los siguientes datos, que él recibió de sus informantes extraterrestres.

Los Extraterrestres consiguen un tremendo endurecimiento de metales por un cierto cambio en la órbita de las partículas nucleares alrededor del núcleo.

El Sol no es una bola de fuego, no tiene calor, no tiene luz; es un cuerpo celeste habitado, envuelto - así como la Tierra está envuelta en nubes y atmósfera - en una capa de actividad que los Terrestres creen ser la superficie del Sol. Los habitantes de este Sol interno que nuestra ciencia por ahora no ve, no concibe, e ignora, pueden pasar por la capa que los envuelve y que nos parece ser la superficie, pero hay que saber hacerlo.

Así habló, entre muchas otras cosas, nuestro informante telepático.

Mientras estábamos anotando lo anterior, era natural mirar, alrededor nuestro, esta nueva utilización de la tierra, en cultivos y pastoreos, comparándola con las inmensidades esteparias que durante algún tiempo fueron nuestro mundo. Y se presenta casi inevitablemente la analogía de un pájaro - por una parte, en una jaula, por otra parte, en libertad.

Aquí, sin duda, uno se siente más amparado. Hay bosquecillos para protección contra el Sol, contra el viento. Se ve animales pastando, se ve cultivos creciendo; hay, por lo tanto, la tranquilidad de que habrá comida para llenar la panza. Pero aquí, la libre inmensidad original de la Tierra está cortada y limitada por alambrados; no se puede ir sino por donde manda la carretera; el cielo está tachado y negado por docenas de alambres y centenares de postes. Es exactamente como la jaula y la no-jaula. Aquí, hay más tranquilidad para la sobrevivencia, pero uno está enjaulado. Allá, al sur, la sobrevivencia es más problemática, pero hay esa gran libertad, como la había en los milenios y milenios cuando la Tierra era más libre.

Y ahora, hacia el norte, hacia una zona donde hubo grandes y devastadoras inundaciones, hace pocos meses.

Estamos viajando hacia la ciudad de Carhué, dentro de la nueva modalidad ambiental de cultivos y pastoreos. En particular, estamos nadando en un mar de girasol, confirmación de lo escuchado justamente esta mañana por radio, a saber que la cosecha de girasol argentina va a ser muy elevada este año.