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Otro paseo por la costa de la caleta. Encontramos pedacitos de piel de hipopélago, que los hipopélagos pierden en su muda.

Ahora es el momento de combinar dos cosas: seguir observando las aguas verdes de la caleta, los islotes, los bancos de grava, los hipopélagos, los pingüinos, las aves marinas, el océano azul profundo en la lejanía, y poner al día la visita de la fábrica procesadora de algas número II.

La fábrica de Gaiman procesa, no exclusivamente pero primordialmente, el alga grasilaria para obtener el famoso agar-agar.

Esta alga, la cosecha, en parte, en la estación de Camarones, que visitamos, pero primordialmente en su estación de la bahía Bustamante, que no visitamos.

 Empezando por el principio, nuestro mentor en Gaiman nos sorprendió a qué punto la obtención de algas se parece a agricultura, y cómo tiene que recurrir a tecnologías muy lógicas por cierto para el caso, pero que nunca se asociarían con la idea de cultivar plantas.

Resulta que la empresa maneja los campos de algas debajo del mar, especialmente en la bahía de Bustamante, ni más ni menos que cómo manejaría un campo de cualquier cultivo en tierra firme, salvo que ni siquiera siembra y tampoco cosecha: controla permanentemente el crecimiento de las algas; analiza permanentemente el contenido del agua en nitrógeno, fosfato; analiza su acidez; y corrige cualquier deficiencia, literalmente abonando el mar como abonaría un campo.

- Sí, pero ¿cómo hacen para que sus abonos no se pierdan en la inmensidad de >>las aguas?
- Es que, con el correr de muchos años, la empresa diagramó muy en detalle >>todas las corrientes, grandes y chicas, que  se dan en la bahía, con sus >>recorridos exactos, de manera que sabemos dónde colocar los bultos de abonos >>para que las corrientes los vayan lamiendo y transportando hacia los lugares >>donde son necesarios.
- Sí, pero ¿cómo saben qué pasa debajo de las aguas?
- Muy fácil: con una red de cámaras de televisión submarinas y con buzos.

Y la cosecha la hace el océano, acumulándola en la orilla a fuerza de mareas.

¡Vaya qué mariagricultura!

Una plaga que no pueden controlar es los derrames de petróleo, especialmente aquellos resultando de la limpieza y desagote al mar de los buques cisternas - lo mismo que ya nos habían dicho los pescadores en Camarones.

También aprendimos que, mientras esta empresa se limita a guiar y aprovechar el crecimiento natural de las algas, en las Filipinas, cultivan algas artificialmente, o sea que incluso las siembran. ¿Cómo puede ser? Simplemente, >>>>>>>>