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tiempo para mirar a saciedad una buena extensión de las aguas del Estrecho y, en la lejanía, del otro lado, la costa de Tierra del Fuego.

Esta visión de nuestros ojos físicos mirando las aguas y el horizonte poco a poco conjura, y sirve de escenario a, otro tipo de visión, interna nuestra, re-creando para nosotros realidades legendarias de tiempos idos. 

¿~>  Nos  es  fácil  imaginarnos  las frágiles  y ridículas  media-cáscaras de Magallanes navegando, luchando, por estas aguas, de nuestra izquierda a nestra derecha.

Es fácil imaginarnos a Magallanes en exaltada expectativa, mirando por todos los lados; viendo la tierra a su derecha, en la cual nosotros estamos ahora, y considerándola como alguna parte o dependencia del diabólicamente largo continente americano; y viendo la tierra a su izquierda - la misma que nosotros vemos desde aquí y sabemos que es la isla de Tierra del Fuego - pero él, Magallanes, creyendo que se trataba de la punta septentrional de un gran continente más austral.

Y lo creía no por simple conjetura, a ciegas, sino porque se conocía, circulaba, entre entendidos, la incomprobada pero perdurable "legenda" de un "quimérico" continente muy al sur, la Terra Incognita Australis; así que su error fue solamente de identidad de tierra y no de fondo.

Y así, durante casi noventa años después de su viaje, todo el mundo creyó con él que Tierra del Fuego era la punta norte de la legendaria Terra Incognita Australis.

Como circunstancia atenuante a favor de Magallanes, la "legenda" de la Terra Incognita Australis era tan arraigada que aún mucho más tarde, cuando ya se había comprobado que Tierra del Fuego es solamente una isla, se siguió creyendo en, y buscando, el continente antártico - hasta 1779, cuando James Cook "demostró" que no existía, y hasta 1838, cuando fue "descubierto" oficialmente.

¿No será que, como corolario de la Terra Australis, entonces todavía incógnita, pero no desestimada, Magallanes ya conocía de antemano, también por "legendas" "quiméricas", la existencia de la comunicación austral entre el Atlántico y el Pacífico, y que fue solamente a "encontrarla" y no "descubrirla"?

¿No fue, incluso, que, para él, las legendas ya no eran legendas, y que, en realidad, él sabía que otros, antes que él, ya habían ido a comprobar la "legenda" de un paso hacia un otro océano?

Por ejemplo, no solamente, ya en 1516, o sea tres años antes de la salida de Magallanes, el río de La Plata había sido explorado "oficialmente" sino que también, ya en 1501 y en 1503, dieciocho y dieciséis años antes de la salida de Magallanes, había habido dos expediciones privadas a lo largo de la costa atlántica de Sudamérica, de las cuales no se sabe mucho sino que fueron >>>>>>>>