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Cada hombre se esquila así unas 200 ovejas en una jornada de 8 horas, o sea una oveja cada 2 minutos y 24 segundos. ¡Qué barbaridad! Y realmente así parecía.

Ahora que, para cada dos esquiladores, hay un ayudante, un llamado vellonero, que está siempre listo, a la fracción de segundo, para ayudar al esquilador a dar media vuelta a la oveja cuando la primera mitad ya está esquilada, y luego, para estirar y retirar el vellón. Naturalmente, hay otro ayudante, o dos, que siempre andan con escoba, manteniendo el piso del galpón limpio.

Antiguamente, en vez de esquiladoras eléctricas, se utilizaba tijeras, lo que suena como una diferencia tecnológica impresionante, pero uno se pregunta por qué, según nos dijo el estanciero.

>-  Los esquiladores de antaño, con sus vulgares tijeras, trabajaban tan ligero como los esquiladores tecnócratas de hoy.

>- Además, las tijeras antiguas dejaban en el animal un centímetro o dos de lana, que le servía de protección inmediata contra las intemperies, mientras que las afeitadoras eléctricas dejan la oveja totalmente en cuero, de manera que cualquier lluvia, por ejemplo, en los primeros días después de la esquila, puede significar gran mortandad.

>- Naturalmente que una esquila a máquina rinde un mayor largo de fibras; pero lo que quedaba en el animal con el sistema antiguo era tanto más que se encontraba en el animal al año siguiente.

>- Entonces ¿dónde está la ventaja? Quizás la sola ventaja es que, con las esquiladoras mecánicas, las ovejas reciben cortaduras menores, y no hay duda de que las reciben, mientras que, con las tijeras de antes, se podía, en un descuido, literalmente sacar los chinchulines del animal al aire.

Lo que no quiere decir que, hoy en día, la esquila no signifique, a veces, la muerte de una oveja. Ante nuestros propios ojos, se quedó una oveja dura, y no por herida, ni siquiera un pequeño rasguño, sino de un ataque al corazón.

Es que para una oveja que, durante todo un año, vivió idílicamente, paseando y pastando por la estepa, primero sola, y luego con su corderito, es un trauma ver su mundo derrumbarse, verse arriada a corrales desconocidos, verse separada brutalmente de su corderito y, si es una corderita, verle cortada la cola a cuchillo, como rito de pubertad, y finalmente verse sometida a la esquila en una posición totalmente indefensa, inconfortable, una operación desconocida que le crea pavor como todo lo desconocido.

A todo ello, no podemos no agregar dos pareceres nuestros.

En cuanto a la igual rapidez de trabajo con tijera antigua que con esquiladora eléctrica. Tal vez igual rapidez pero indudablemente con muy mayor esfuerzo porque no necesita explicación que ir apretando y aflojando una tijera de >>>>>>>>