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Justamente, hace un ratito, le oímos pedir a un mecánico que le trajera algo, pero no alguna llave u otra cosa que se escucha habitualmente en un taller mecánico, sino un micrómetro.  Veremos.

Mientras tanto, nada para escuchar en la radio. Tenemos que recurrir otra vez a las ondas cortas.  Entre éstas, a ondas cortas de la propia Argentina.

El otro día, escuchamos un programa de refrescante música folklórica argentina, y un programa sobre la manera de trabajar del escritor argentino ciego Borges.  Qué elixir de rejuvenecimiento para el espíritu.

Mientras tanto, Radio Nacional de Bariloche sigue con su desintegración de la cultura y de la identidad nacionales.

A veces, además, incursiona, tanto en la desintegración de la propia gramática nacional como en la degeneración del propio vocabulario nacional, logrando incluso, a veces, unir y difundir, propalar, ambas vergüenzas en una sola oración como en este caso:

"La siguiente edición de este servicio será irradiado".

La estación de televisión local, cuyo sonido podemos sintonizar por radio, en las pocas horas diarias que funciona, también tiene sus problemitas gramaticales; aun, irónica- y muy inoportunamente, en un tema como el analfabetismo y la necesidad de su erradicación, porque - según escuchamos varias veces en sus lemas alusivos - en esta provincia de Río Negro, donde estamos, para usar sus exactas palabras,

"uno de cada cuatro habitantes no saben leer ni escribir"

y nosotros nos preguntamos de qué sirve saber A B C si es para proferir públicamente semejantes barbaridades de lógica gramatical.

Por otra parte, Bariloche, y por lo tanto la provincia de Río Negro, se enorgullecen con un Centro de Investigaciones Atómicas, y nosotros nos preguntamos qué investigan, ya que, desde que se logró la fisión del ex-átomo, átomos en este mundo ya no existen. Quizás querrán decir investigaciones tómicas, o nucleares.

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Martes.

Hoy, hace, increíblemente, dos semanas que estamos varados, con los altibajos - más bien bajos - ya mencionados. Las horas van pasando lentamente una tras la otra. Don Julio está luchando, sin pausa ni prisa, con sus centésimos de milímetro.  Parece que la cosa está en buen camino.