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rupestres existen en muchas partes, pero aquí, por dónde uno se dé vuelta, parece que tropieza con grandes yacimientos.

Con lo anterior, y con quehaceres varios, incluyendo arreglos de costura y de electricidad, pasó el día. Pernoctaremos en el mismo lugar de anoche, y mañana, será hacia la provincia y la ciudad de Mendoza.

Sí, provincia y ciudad de Mendoza. Otra vez sigue la sólida homogeneidad toponímica ideal para alumnos de las primarias tratando de memorizar los nombres de las provincias y de sus respectivas capitales, según estuvimos observando ya desde nuestra segunda provincia en la Argentina. Provincia de Salta - capital, Salta; provincia de Jujuy - capital, Jujuy; provincia de Catamarca - capital, Catamarca; Tucumán - Tucumán; La Rioja - La Rioja; San Juan - San Juan; y ahora, Mendoza - Mendoza. Pero no siempre tienen los alumnos tanta suerte. La capital de la provincia de La Pampa no es La Pampa, nos dice el mapa.

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Estamos en la ciudad de Mendoza, no sin antes haber tenido que atravesar otro largo trecho de desierto - no del tipo árido por completo porque parece que ha llovido por aquí, pero ciertamente infértil a juzgar por la falta casi total de vegetación.

Se nos ocurre el concepto de que, no por haber cruzado a la Argentina, escapamos del desierto - a veces absoluto, a veces semi-árido, del Perú, de Chile y de Bolivia - el concepto de que, aquí, seguimos en el desierto no más, quizás no absoluto pero, en la práctica, infértil, y que lugares que rodean las ciudades de Tucumán, San Juan y, aquí, Mendoza, debe considerárselos como grandes oasis dentro del desierto dominante.

Naturalmente, llegamos a la tarde, pero ya logramos hacer algunas cosas.

*>  Una, fue de mantenimiento del vehículo.

*> También, ya buscamos y conseguimos datos respecto a la transitabilidad en el cono sur de la Argentina, durante las nieves invernales. Lo que escuchamos nos va a hacer reflexionar dos veces en cuanto a qué curso realmente convendrá más tomar. Y pensar que nuestros planes originales estaban tan bien calculados para estar en el sur del continente en verano. Es que, en la punta austral del continente, nuestras intenciones tentativas son muy diferentes de lo que eran en la parte septentrional: aquí, nos gustaría meternos en lugares muy apartados por pequeños caminos torcidos y a veces de montaña, como ni siquiera existen en el Artico.  Veremos.