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•…• Tampoco hay carteles explicativos, como habría ciertamente en Vespuccia en un lugar dirigido al público.

•…• Aquí, fueron al extremo de destruir la autenticidad arqueológica, sacando las piedras de su contexto y exhibiéndolas de manera nítida y desprovista de significado, para la comodidad de los turistas, pero dejando los turistas en total ignorancia de los datos que podrían hacer interesante mirar los menhires.

•…• Increíble, semejante ineptitud e irresponsabilidad.

Nosotros, por lo menos, sabemos y tratamos de imaginárnoslo, que, en sus lugares y posiciones originales, estos menhires o estelas eran parte de, o relacionados con, muros de pirca de trazados circulares o semi-circulares o rectilíneos. Pero quién sabe si los menhires y los muros fueron erigidos así, con función integral, o si eran obras de diferentes orígenes.

Es inevitable pensar en lo escuchado ya varias veces en el corto tiempo que estamos en la Argentina: falta de estudios profundos, por cualquier razón que fuese; y sin embargo, a nuestro modo de pensar, estos menhires o estelas y las pinturas rupestres son temas cuyo interés transciende su propia zona.

No era dentro de nuestros planes ir a la ciudad de Tucumán, pero posiblemente vamos a ir, a ver si se consigue más información.

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Después de pasar una noche tranquila en el pueblo de El Mollar - cerca del cual es donde se encuentra verdaderamente la aglomeración de menhires civilizados - volvimos, esta mañana, a la loma para ver los tallados con una iluminación diferente; y luego nos corrimos a Tafi para mandar una correspondencia.

Ah, pero no habíamos pensado en el horario del correo, y nunca lo pudiéramos haber soñado: cerrado al mediodía de las 12 a las ... 17; cinco horas de interrupción de servicios para ir a llenarse el buche.  Sin comentarios.

Estamos viajando hacia el sur, por un camino muy poco común: de cornisa, angosto, con sinfín de curvas, muchas, muy cerradas, pero, de asfalto - una combinación que vimos, hasta ahora, sólo una o dos veces; y además, con un ingrediente exótico que nunca vimos en este contexto: turistas y más turistas.

La Argentina sera el afamado país de las pampas infinitas, pero, por ahora, no nos podemos despegar de subidas y bajadas y curvas muy cordilleranas. En este momento, estamos bajando, y bajando mucho. El gran cambio en la vegetación ilustra cuánto: de las laderas peladas de El Mollar, nos hundimos en una zona de bosques húmedos, con las habituales plantas parásitas en las dramáticas ramas de los grandes árboles.