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Otro camionero, con quien también hablamos, no lo tiene tan mal: estaba varado solamente desde el día anterior, porque se le había roto el alternador. Mandó traer uno de Cochabamba, esperando recibirlo el día siguiente. Una demora de dos noches solamente.

También, nos hicimos, en camino, varias veces, el comentario de que el poquísimo tráfico que habíamos visto a la ida, se había reducido a una fracción de sí mismo; y especulamos que, quizás, por el tiempo. Pero, apenas llegamos aquí, a Epizana, nos enteramos del porqué verdadero, cuando quisimos comprar nafta - que justamente nos había llegado a su último litro, por lo menos en el tanque principal del vehículo: no había nafta, no había nada, había huelga general.  Huelga general desde el viernes a la noche.

Durante cuatro días ya hay huelga general. Y nosotros no sabíamos nada, lo que es bastante increíble pero no tan sorprendente:

• Diarios, por aquí, no hay, y, de todos modos, no los leemos cuando los hay, salvo los titulares, de paso.

Radiodifusoras, que estuvimos buscando con empeño repetidas veces, hay - pero, en buena proporción, en idiomas que no entendemos; de manera que tenemos la impresión, o quizás no sea una impresión sino que es realmente así, de encontrarnos en un país totalmente extraño, con una barrera lingüística contra nosotros, donde buscamos afanosamente una conexión amiga de un idioma que, por fin, podamos entender; y todas las emisoras son muy deficientes en sonido, de manera que es más probable y fácil conseguir una recepción clara en ondas cortas de Europa, que, en ondas locales, de una emisora local.

¿Y la gente con la cual, naturalmente, hablamos en varias oportunidades por varias razones? Increíblemente, ni una referencia, aunque indirecta, a la huelga general.

De todos modos, poco agradable fue nuestra perspectiva, al llegar a Epizana, de estar inmovilizados, por falta de combustible, y por las incógnitas que siempre acompañan una huelga general, especialmente en los centros urbanos, que son nuestras próximas metas, como Sucre, Potosí o, punto obligado de paso, como Oruro.

La problemática de falta de nafta se solucionó ya; apenas nos enteramos de las reglas del juego. Apenas estuvimos dispuestos a pagar un sobre-precio, los tanques de nafta totalmente vacíos empezaron a exudar el valioso combustible gota a gota, de manera que, ahora, estamos estacionados para la noche con 170 litros aparecidos por milagro de la nada, lo que, con los 40 litros de reserva que teníamos, nos da la linda provisión de 210 litros, lo que nos da un alcance de entre 800 y 880 kilómetros, que no se puede calcular exactamente por los constantes cambios de altitud.

Pero la pregunta, ahora, es si es que queremos viajar y arriesgarnos con las otras incógnitas.  Mañana, veremos.

Recién, antes de acostarnos, estuvimos recorriendo otra vez las ondas radiofónicas.  Otra vez, no hubo manera de sintonizar noticias claras y en >>>>>>>>