español english français česky

económico, lo social, lo educacional, lo infra-estructural, y demás - que, por sus inter-relaciones, conforman un país, son tan deficientes que aun las mejores y más creativas intenciones, ya sea de una persona individual o aun de una agrupación de personas, no tienen dónde agarrarse.

Nosotros mismos nunca jamás hubiésemos podido organizar esta Expedición desde aquí. No hubiésemos tenido la posibilidad de consultar los miles de libros, revistas y otras fuentes; no hubiésemos tenido la oportunidad de juntar el dinero necesario, aun con los conocimientos que tenemos; no podríamos haber elegido, entre una impresionante variedad, los equipos exactos que necesitamos - y no se trata necesariamente de la última tecnología de electrónica miniaturizada: tenemos una cocinita a querosén de cuya calidad, terminación y eficiencia, por aquí nadie sueña; o, el otro día, cuando transvasamos el querosén que compramos con una manguera munida de un elemental sifón manual en vez de chupar la manguera con la boca para cebarla, causamos una pequeña sensación; y, por sobre todo, no hubiésemos recibido, por el ejemplo de nuestras familias y de nuestra sociedad, la educación y formación de carácter sin las cuales todos los libros, todo el dinero y toda la tecnología no serían suficientes para llevar a cabo esta Expedición.

En contraste, aquí - y lo mismo será en otros países - para citar un solo ejemplo que escuchamos hace poco, un campesino que logra levantar una cosecha, a pesar de semillas y maquinaria deficientes, contra una naturaleza hostil, tiene dificultad en llevarla al mercado por el mal estado de los caminos, porque las autoridades viales tienen dificultad en mantener los caminos, porque sus maquinarias y materiales son deficientes, porque las maquinarias no se pueden reponer o arreglar por falta de dinero, y porque nadie fabrica materiales de buena calidad por no disponer de ingredientes de buena calidad, y porque, aunque alguien los fabricase, no habría plata para pagarlos, porque, porque, ad infinitum.

Una trampa sin salida, porque esa gente, ni puede emigrar, porque ningún país la dejaría inmigrar, ni tendría el dinero para viajar; y no sobreviviría en alguna sociedad más exigente; y una trampa sin esperanza para cada persona individualmente hasta que todas las ramificaciones del país, a la vez y en conjunto, empiecen a funcionar mejor, lo que, a su vez, podría necesitar un transplante de personalidad.

Cuántas cosas pasan por la cabeza, esperando que una cola para nafta se mueva de un paso, no sin, en el ínterin, tener el enojo de ver aparecer un fulano y verlo pasar por delante de todo el mundo para cargar su nafta al instante, tan sólo por tener algún acomodo.

. .
*