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que se podría considerar - si es que no llueve demasiado; y si llueve más de la cuenta, pues, parece que habrá que dar una vuelta larga por el Perú, para alcanzar el norte chileno. Naturalmente, se podría ir directamente al norte argentino, pero así perder el norte chileno.  Veremos.

También, ya tuvimos que ir a pedir prórroga de estadía en Bolivia. Estamos recién en La Paz y ya pasó casi un mes.

También, fuimos a la Universidad Mayor de San Andrés para solicitar una visita del Observatorio Cósmico de Chacaltaya. Encantado, nos dijo muy gentilmente el Director, es tan sólo cuestión de combinar las cosas.

También, nos buscamos el barrio distinguido de La Paz, con la esperanza de comida comúnmente mediana.  Es donde estamos ahora.

Mientras Božka hace sus averiguaciones, tiempo para contar un incidente que nos ocurrió hoy por segunda vez. La primera vez, el mismo día de nuestra llegada a La Paz, no le dimos importancia, pero esta segunda vez fue muy diferente.

El otro día, cuando estacionados en la calle, de repente Karel se dio cuenta, por el retrovisor, de que un hombre estaba tendido a todo su largo totalmente debajo de nuestro vehículo. Con la premura del caso, salió a investigar y el hombre le explicó que se le había escapado el llavero de la mano y que lo estaba recobrando debajo del vehículo. Extraña manera de recobrar un llavero, pero, en fin ...

Hoy, estábamos parados en la calle, y un transeúnte nos dio aviso de que nos estaban robando algo debajo del vehículo. Karel pegó un salto, y efectivamente ahí, totalmente debajo del vehículo, había un hombre tendido a todo su largo. Esta vez, Karel lo jaló sin consideraciones por los pies hacia afuera, y mientras el hombre le hacía otra vez el cuento de las llaves escapadas, lo inmovilizó por atrás con una toma en su garganta y le hizo soltar su llavero. Luego, lo soltó a él, y le dijo que le iba a devolver las llaves cuando viniera a buscarlas con un policía. El hombre nunca volvió; tenemos el llavero y las llaves de recuerdo.

De que el truco del llavero es un cuento, no tenemos dudas; pero nos preguntamos por qué se meten en semejante situación para robar lo poco robable debajo de un vehículo. Quizás los amortiguadores, que se puede sacar aflojando dos tuercas en cada uno. No puede ser un ardid de distracción de atención similar a lo que nos quisieron hacer en el Perú, porque, en este segundo de los casos, Božka estaba presente, así que, aun bajando Karel del vehículo, ella estaba todavía adentro.

Volvió Božka.  A ver qué encontró.

▪ Encontró, por fin, manteca; manteca anónima, sin especificación del tipo de crema utilizada y sin especificación del peso. Se sabe cuánto se paga, pero no >>>>>>>>