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una de las corderías de la cordillera boliviana, una larguísima cadena de muchos picos escarpados, negros, pero, en atractivo contraste, encapuchados de hielos perpetuos.

Durante la travesía del estrecho, nos encontramos otra vez en las manos de un pirata: en el medio del estrecho, nos quiso aumentar en un 25/oo el precio convenido antes de embarcar. Pero, por lo menos, no llegó al extremo de extorsión porque no paró el motor en el medio del agua.

Después del estrecho, el terreno está llano. Estamos recorriendo el altiplano boliviano. A nuestra izquierda, en la lejanía, sigue recortándose en el cielo la cordería escarpada negra y encapuchada de blanco.

Acabamos de tomar consciencia, de que no es simplemente una cordería cualquiera que estamos mirando desde una llanura cualquiera; de que nosotros mismos estamos a 4.000 metros de altitud y de que, por lo tanto, muchos de estos picos sobrepasan ampliamente los 6.000 metros de altitud; rondando, inclusive, uno de ellos, el nevado Ancohuma, en los 7.000 metros - más o menos, según el implícito desconocido margen, naturalmente; aunque también lo vimos bajo el nombre de Janko Huma con sólo 6.420 metros.  En serio.

El camino ahora es de asfalto. A 110 kilómetros por hora, estamos tragando distancia hacia la ciudad de La Paz. La llanura está bastante pelada; sin embargo, hay frecuentes poblados.

Nuestra primera prioridad cuando lleguemos a la ciudad será comprar nafta. El tanque muestra más que vacío y estamos viajando más a fuerza de fe que de nafta.

Hecho. Entre las primeras casas de los aledaños de La Paz, una estación de nafta. Hicimos una compra millonaria, como nunca antes en nuestra vida: gastamos exactamente 1.800.000 pesos bolivianos. También quisimos comprar querosén. Ah, pero querosén no se compra así no más; únicamente días de semana, únicamente de mañana, y únicamente con larga cola.

Apenas nos pusimos en marcha, otra cosa que, aparentemente, no se compra así no más: una cola de personas esperando, delante de una panadería cerrada, la hora de apertura.

Y otra panadería en iguales condiciones. Hm, ¿será una casualidad o será la norma?

Costeando el aeropuerto de La Paz. Lo vamos a ver un poco por dentro. Ya varias veces aeropuertos nos sirvieron de base de operaciones, como, recientemente, el de Cusco, y como, ya hace tanto tiempo atrás, el de Yellowknife.

No es un aeropuerto muy grande, por ser aeropuerto de una capital. Ah, pero es que no es aeropuerto de capital, ya que La Paz no es la capital de Bolivia, >>>>>>>>