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  Eventualmente, nos enteramos de que la ruina cuadrada, efectivamente, no es incaica, que es de influencia tiahuanaquense.

  Nos enteramos de que no fue bajo los incas que se inventó, sino que sólo se perfeccionó, el tipo de cantería que eventualmente se volvió sinónimo de la palabra inca - lo que, en realidad, es perfectamente plausible ya que, por una parte, difícilmente alguien puede inventar algo de la nada y llevarlo a la perfección, y por otra parte, es bien sabido que el gran mérito de la cultura incaica no fue de creatividad propia sino de aprovechamiento y amalgamación de creaciones de las culturas subyugadas por los incas.

  Complementando el cuadro, nos enteramos de que, en un patio del pueblo, se guarda, cuidadosamente bajo llave y fuera de vista, quizás dos docenas de gigantescos falos, símbolos de los ritos de fertilidad de los Tiahuanaquenses.

  Y también nos enteramos de que las chulpas cónicas invertidas de Sillustani asimismo tienen su origen en la influencia tiahuanaquense y no en la incaica.

  Esta cultura tiahuanaquense, la vamos a encontrar, frente a frente, dentro de pocos días, si Dios y los campesinos bolivianos quieren, en otra parte de la orilla del lago Titicaca, en su centro medular según se dice, en Bolivia.

  Este fue probablemente nuestro último contacto con la arqueología peruana, una arqueología que, de veras, debe de ser un paraíso de arqueólogos.

> Finalmente, dando un gran salto hacia el presente, hay aquí, en Chucuíto, la muy inesperada presencia de una radiodifusora de la religión bahá'í, aquella cuyo hermoso templo de Panamá visitamos y de cuyos preceptos nos enteramos en aquella oportunidad. ¿Qué hace aquí, en este lugar tan alejado de las corrientes mundiales esta emisora bahá'í - y en este pueblito tan diferente de un Juliaca o de un Puno?

  Preguntamos. "Está aquí, lejos de las grandes corrientes, pero tan cerquita de las almas de habla quechua y aimará".

Aquí vamos a pernoctar.  Mañana, probablemente estaremos en Bolivia.

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Anoche, nos dormimos al son de doce antaras y un tambor ensayando en una de las dos plazas, la nuestra, de Chucuíto, para el certamen anual de conjuntos autóctonos el sábado venidero en Puno, para que Puno pueda seguir atribuyéndose el título de capital folklórica del Perú.  Esperamos que los >>>>>>>>