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Cusco, en una empresa con patio cerrado y siempre guardado - parecería desafiar las circunstancias, despreciar, quizás ofender, la mano providencial, al no ir.

No se puede ir a Machu Pijrchu por carretera, hay que tomar un tren, luego, un colectivo. Para nosotros, no ir en nuestro coche, es sentirnos un poco desamparados, tanto nos sirve para todas nuestras necesidades, en cualquier lugar, en cualquier momento, si bien en la forma hacinada de una cápsula espacial.  Pero vamos.

Tanto más que tenemos la inapreciable oportunidad adicional, la suerte, de que el señor gerente de la sucursal nos consiguió, por conocidos en altas esferas locales, y en contra de todas las listas de espera de larga duración, una habitación para una noche en el hotel de las ruinas para mañana mismo. Y una noche pasada cerca de las ruinas no alarga la visita sino que la metamorfosea. Estamos de verdad agradecidos y conmovidos porque nada, ninguna presión moral, le obligaba al esfuerzo.

Comprados los boletos del tren-plus-microbús, porque hay que comprarlos un día para el día siguiente.

Y tenemos, ahora, un providencial, y providencialmente amplio, tiempo para destilar la esencia de esta difunta capital, de uno de los dos grandes imperios precolonenses, de una de las tres o cuatro grandes culturas pre-colonenses, antes de la llegada de los invasores, y agregarla a todo lo ya recordado y visitado.

Gota a gota, como por alambique.  Cada gota, con su importancia.

/\/\ Así que este Cusco-Jrosjo era la capital de los incas.

- Era exclusivamente para el inca de turno, su familia y su corte. Los demás vivían en pueblos satélites, que se habían multiplicado con la expansión del imperio.

- También se podría decir que era, dentro de la exclusividad, para las momias de los incas anteriores, guardadas en el templo del Sol, y que, en los días de fiesta, se sacaban y se colocaban al lado del inca reinante para presenciar los festejos.

- No sin razón, era el abastecimiento de agua para los incas una maravilla - un río desviado por un túnel a través de un cerro hacia una caverna con enorme capacidad de reserva para distribución urbana y para riego también.

- Con esto y con sus cloacas entubadas, el Jrosjo viejo era probablemente más sanitario que el Cusco nuevo.

- Los bloques de construcción de aquel Cusco venían, en su mayoría, de las canteras de andesita de Rumicola, a unos ... 35 kilómetros de acá.