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Y en cuanto a la carretera pavimentada más alta de la Tierra, hoy ni trataremos de alcanzarla. Mejor no enfrentar las incógnitas de una carretera que tiene que llevarnos a casi 5.000 metros de altitud, aun cuando supuestamente pavimentada. Ya hemos visto demasiadas cosas en el Perú para tomar este pavimento literalmente.  Mejor empezar mañana tempranito.

Vamos a pernoctar en el pueblito de Chosica, donde estamos estacionados ahora en la plaza central, al alcance de la guardia civil, aunque no creemos que, en este pueblo, haga falta.

Es esta plaza dos veces notable. Por su gran superficie, totalmente fuera de proporción con el pueblo, casi pueblito, que la rodea; por la opulencia de sus árboles - un semi-círculo de altas palmeras y un frondoso bosque de añejos ceibos en el medio del desierto implacable. Una plaza, para repetirlo otra vez, de la cual ni soñar podrían en ciudades muchas veces más grandes, ricas, importantes, de Vespuccia y Canadá; de la cual ni podrían soñar por que simplemente no tienen concepto de tales linduras en una ciudad.

Aquí, alejados de Lima, de sus ladrones, sus truenos motorizados, sus bocinas mal educadas, sus hombres meadores, de repente concebimos a Lima como un sitio arqueológico, con dos capas de ocupación: una, para usar las aproximaciones arqueológicas, de 1500 a 1800 d.C., de una cultura bastante refinada, si bien basada en robo institucionalizado, y una, después de 1800 d.C., de una cultura en total decadencia, con robo artesanal.

Por lo menos, trajimos una cosa buena de Lima con nosotros: la auto-llamada primera emisora cultural del Perú, Solarmonía. Recién, como en varias oportunidades anteriores, escuchamos un programa de música suiza. Estamos descubriendo en el Perú que la música suiza no tiene nada que envidiar a otras músicas. ¿Por qué será que los círculos supuestamente cultos de la Tierra son tan incultos que ignoran por completo esta música suiza, así como ignoran la música de cámara peruana que escuchamos en otra oportunidad? ¿Por qué será que, en los sagrados centros de cultura supuestamente universal, se sigue repitiendo hasta el hastío lo de siempre y nunca se ve un concierto de músicas peruana y suiza en el mismo programa?

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Hoy, empezó la subida de verdad. Después de la noche en Chosica a unos 850 metros, ahora estamos a 2.300 metros.

De las terribles lluvias de las cuales escuchamos tanto en Lima, por ahora, nada a la vista; al contrario, hay menos humedad que en los bajos. Dejamos atrás la incongrua mezcla costeña de desierto en la tierra y humedad en el aire; el cielo está inmaculadamente azul.