║ Hablando de comidas, en el Perú, como en muchos otros países, no hay garantía de que lo que figura en la etiqueta realmente está dentro del envoltorio. Por ejemplo, vimos un frasco afirmando "miel de abeja", cuando cualquiera sabe que miel de abeja no viene roja. Será miel de abeja, pero segurísimamente tiene agregado algún producto químico para colorearla. Por lo tanto, no es miel de abeja llana y simple como reza en la etiqueta; y, en vez de favorable a la salud - siempre que no haya sido calentada - es dañina a la salud.

║ En Lima, hay, a más de los barrios ceremoniales y de las villas miserias, barrios hasta de los más lujosos. En algunos, los jardines delante de las casas no tienen cercos y se unen en una larga franja de jardinería a lo largo de la calle, al estilo que ya vimos en Vespuccia y Canadá.

║ El tiempo sigue igual a sí mismo, día tras día, semana tras semana, apacible y práctico. La temperatura no cambia. No hace frío, no hace calor. Habrá llovido quizás un par de veces, y muy ligeramente. Eso sí, a veces, hay una fina garuga como en suspensión en el aire, justo para humedecer delicadamente las cosas. Los amaneceres siempre están nublados. Ni una vez vimos un amanecer con Sol. Más tarde, aparece el Sol con frecuencia, pero difícilmente para todo el día.

║ Mientras tanto, en la Cordillera, es la época de las lluvias; quiere decir de caminos peligrosos y a veces impasables - lo que nos va a obligar a cambiar nuestros planes; y, peor, no sabemos cómo cambiarlos de manera práctica.

║ El otro día, a eso de las 21, quisieron robar un coche en la esquina de nuestro dormitorio, pero no lo lograron porque el coche arranca solamente empujándolo - una modalidad bastante corriente en Lima y, por lo visto, bastante práctica.

║ Nosotros somos una clara ilustración de la magnífica adaptabilidad del ser humano a cualquier cosa. Ya nos escandaliza menos los hombres orinando; casi más ofensivo es, si es que se lo acepta como una costumbre de un lugar, que las mujeres no tengan igualdad con los hombres.

\LM/ Hoy, fuimos al famoso puerto de El Callao; hoy en día, más prosaicamente >>>>>la zona portuaria de Lima.  Pero parece que no puede olvidar su pasado de batallas de tierra, batallas de mar: lado a lado, vimos la bahía y el Fuerte Real Felipe.

En la bahía, nos sorprendió ver la escuadra de mar peruana, y más nos sorprendió ver lo nutrida que es. Otro eslabón en nuestra impresión del militarismo del Perú.

En el Fuerte Real Felipe, reliquia de la época colonial, nos sorprendió ver cuán seriamente lo toman los militares de hoy, con sentinelas armados en los parapetos, y guardia muy armada en el portón de entrada.