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rocosas de la manera la más ciclópea y elemental que se pueda imaginar. La superficie interior de cada túnel es una tremenda convulsión de masas rocosas surgiendo por todos los lados, dejando justo el paso necesario para un vehículo. Cada túnel, más que un túnel, se parece a un corredor de horrores que, seguramente, tendría gran éxito en cualquier parque de diversiones. Solamente que, en el parque, se sabe que es un juego para divertirse, mientras que estos túneles son así de verdad.



Túnel del Cañón del Pato: cavado a lo salvaje

Y el cañón siguió ahondándose debajo de nosotros, el cañón siguió creciendo encima de nosotros, la otra pared siguió acercándose a nosotros. No sabíamos si dedicar nuestra atención a cada túnel o a la otra pared, que se acercaba. Y no sabíamos si mirar hacia abajo o hacia arriba, porque hacia ambas direcciones a la vez era imposible.

Sin olvidarnos de todo lo anterior, era suficiente para cautivar toda nuestra atención el puro salvajismo de las masas rocosas de la otra pared, que es lo que veíamos con más facilidad.

Y todo lo anterior estaba supeditado a ese tenue hilo del camino de cornisa donde puede pasar estrictamente un solo vehículo a la vez, con solamente, de vez en cuando, una angosta plataforma para que un vehículo se achique ahí y deje pasar el otro.

Naturalmente que, con el acceso tan restringido, el tráfico es mínimo. A nuestra primera "ida sin vuelta", nos cruzamos con un solo vehículo; pero no deja de ser una preocupación constante porque, a veces, hay trechos largos donde simplemente las excavadoras no tuvieron lugar para acomodar una plataforma de cruce; y, peor todavía, en la obscuridad de túneles largos donde un encuentro entre dos vehículos significaría el retroceso de uno de los dos, en la obscuridad, hasta la salida y más allá, quién sabe hasta dónde. Todo un ambiente bastante fantasmagórico.

También, como en una verdadera casa de los horrores de un parque de diversiones, dentro de algunos túneles surgían sorpresas.

¿? Por ejemplo, en un túnel, nos encontramos con una bifurcación: un ramal seguía hacia la luz, el otro ramal seguía hacia más obscuridad: ¿cuál de los dos tomar? Hasta que nos dimos cuenta de que el que iba hacia la luz iba hacia el ... precipicio. Así que, por pura lógica, era el de la obscuridad el bueno. Razonamos que, probablemente, hubo primero el túnel que iba hacia la luz y hacia el camino de cornisa allí, pero que el camino se habría desmoronado en ese sitio, y que, por lo tanto, tuvieron que cavar un túnel de desvío más largo.

¿? Por ejemplo, en otros túneles, aparecieron pequeños ramales que tuvimos que descifrar como que no eran para la vía principal sino desvíos para la empresa hidroeléctrica.