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- No señor.
- ¡Qué barbaridad!
- Así es nuestro gobierno.

Y lo mismo está por pasar en cualquier momento, pensamos nosotros, con los bajorrelieves coloreados de Sechín. ¿Cómo calificar esta desidia de las autoridades?

Si bien no vimos en Pañamarca lo que nos interesaba mucho ver, no fue sin provecho esta visita para nosotros.

» Vimos en Pañamarca otro impresionante conjunto monumental de construcciones de ladrillos de adobe; con un zigurat - que seguramente doctos pontífices llaman pirámide - compuesto de varias plataformas; con muros cuya altura parece desafiar el equilibrio y la gravedad; con tremendos montones de adobe hoy derretido, sin forma, pero, evidentemente, restos de construcciones enormes; con dos cementerios, infaltablemente saqueados por los profanadores de tumbas, y dejados en el mismo estado caótico que vimos cerca de Trujillo.

» Y todo ello, a más de su interés propio, nos dio una nueva perspectiva, un nuevo contexto, para nuestro concepto de Chan Chan, y de las huacas del Arco Iris y de la Luna. Después de haber visto la monumentalidad de Pañamarca, nos es más fácil concebir que Chan Chan y las huacas del Arco Iris y de la Luna no eran monstruosas o milagrosas rarezas sino elementos lógicos, y hasta necesarios, de un gran desarrollo de población y de cultura en esta parte de América.

Subimos a la cima de este complejo político-religioso-militar, y pudimos compartir - por encima de sus 15 siglos transcurridos, cuando éste era el bastión meridional del territorio mochica - con sus habitantes la magnífica vista que tenían del llano oasis que se extendía, y se extiende, todo alrededor, en el medio del desierto.

De este sitio alto, también divisamos, o creemos haber divisado, en la lejanía detrás de las sierras circundantes, lo que creemos que es la extremidad más superior de un pico nevado de la cordería Blanca de la cordillera de los Andes, donde tenemos metas, tal vez mañana, si Dios quiere.

Volviendo a los murales pañamarqueños que nosotros ya no pudimos ver, quizás haya una esperanza de que, en el futuro, otras personas podrán ver murales originales en Pañamarca: muchas de las paredes que llevaban murales están todavía sepultadas en sus partes bajas bajo sus propios escombros desde arriba, y es muy posible que los murales que se veía en las paredes sigan debajo del nivel actual de los escombros y que, cuando se remueva éstos, algún día, habrá otra vez murales a la vista.  Ojalá sea así.

Con la duración imprevista de la visita de Sechín, y con la visita totalmente imprevista de Pañamarca, no nos movimos ni un kilómetro hacia el sur, y vamos >>>>>>>>