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Hablando de fortificaciones perimetrales, a todo su largo se encontró momias empotradas.

Además, vimos casos, muy aislados, de piedras en los revestimientos - quizás una entre muchos miles - llevando un pequeño tallado decorativo; en un caso, de una serpiente, en otro caso, de un hombre en posición de defensa, en otro caso, de algo que podría ser cualquier cosa entre un jaguar y un mono, y en varios casos, de unas protuberancias que quizás podrían ser Soles, todos, muy burdamente tallados y, sobre todo, muy desgastados por la intemperie; estas pocas piedras con decorados desgastados ni siquiera están colocadas en sitios destacados, sino que fueron utilizadas como si las figuras no tuvieran ninguna importancia - dan la impresión de haber sido piedras de algún edificio anterior tomadas como material de construcción cualquiera para estos revestimientos - o paredes, cómo se lo quiera llamar.

Por otra parte, hay decoraciones integradas con evidente propósito de importancia en ciertas de las estructuras redondas dentro de la ciudad; estas decoraciones integradas son esencialmente en forma de franjas horizontales de rombos y de zigzag verticales.

Además, vimos un edificio, también de área circular pero con sus paredes en forma de cono invertido o sea con su diámetro superior mayor pues que el diámetro inferior; y, adentro, en forma de botella, por lo que se dio en llamarlo el Tintero; naturalmente, de tintero nada tiene. Lo único cierto es que se encontró el interior del Tintero lleno de huesos humanos, también de huesos felinos, y tiestos de cerámica. Hay tantas teorías como arqueólogos, desde estúpidas a posibles: quizás era una cisterna, quizás era un granero, quizás era un lugar de tortura y eliminación de indeseables; la verdad es que nadie sabe.

La pura verdad es que poco y nada se sabe de toda la ciudad fortificada. No se sabe de dónde sacaban agua. Se supone que cultivaban tierras fuera de las fortificaciones, una suposición que no requiere un genio para hacerla. Ni siquiera se sabe la edad de este sitio; por ahora, escuchamos dos edades incomprensibles: 600 a.C. y 600 d.C.

A más del acceso por donde entramos, hay dos accesos más, también en forma de embudo; en total, tres: hacia el este, el oeste, el norte. No hace falta ser mago, basta ser arqueólogo, para especular que los corredores hacia el oriente y hacia el occidente también servían para algún culto al Sol, levante y poniente.

¿Cuánta gente puede haber vivido en Cuélap? Se calcula que algo más de 2.000, lo que supone, si se trataba de familias, una fuerza de unos 600 guerreros.

Siempre suscita interés qué acabó con algo grande. En el caso de Cuélap, hay versiones contradictorias; la más plausible es que fue sometida por Tupac Yupanqui en 1475/1480 y dejó de ser habitada cien años más tarde.