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Y pensar que todo empezó con una media-horita de difusión, el día de Navidad de 1931, para los seis receptores conocidos en el Quito de entonces, desde un cobertizo de ovejas andinas, con un micrófono de carbono en una caja de madera, un transmisor de 250 vatios y con una antena tendida entre dos eucaliptos.

¿Anotamos ya que esta super-radiodifusora tiene el lindo nombre de La Voz de los Andes?

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Esta mañana, otra vez hacia el norte del Oriente.

De Quito al sur hacia Ambato ya conocemos el camino.

De Ambato desviamos ahora hacia el pueblo de Baños. Estamos en una de las larguísimas bajadas sin fin, siempre con curvas, siempre en segunda, a las cuales ya nos acostumbramos. El ambiente también es el conocido, de cultivos colgando como tapices de las laderas. Serán ingratos para trabajar, pero son lindos a la vista.

Pasado Baños, hay un repentino cambio en el ambiente. Parece que este camino va a ser tan grandioso como aquel de Gualaceo a Limón. Posiblemente más grandioso. La ruta sigue el cañón, profundo y estrecho, del río Pastaza.



El río y las caídas

Sí, el paisaje está resultando bastante imponente.

Bastante increíblemente, el camino, si bien, naturalmente, de tierra, a veces de barro, a veces de piedras, resulta ser agradablemente carreteable, por lo que parece que estamos casi en una excursión dominical; casi.

Hay mucho más agua que entre Gualaceo y Limón.

║ Hay tantas caídas de agua que, más de una vez, dos cascadas confluyen en una caída grande en la misma garganta. En un caso, dos tales cascadas uniéndose en su caída ostentaban el atractivo adicional de sus dos colores diferentes; una, de un marrón barroso, la otra, de una blancura espumosa.

║ Hay tantas caídas de agua que, a menudo, salpican el propio camino. Una vez, el camino, y nosotros también se entiende, pasamos simplemente por debajo de una cascada cayendo de lleno a todo el ancho del camino - lo que naturalmente no significa gran anchura, ya que, en muchos casos y en éste en particular, el camino, si bien de tránsito teóricamente en ambas direcciones, tiene paso para un solo vehículo a la vez.

Aparecieron hortensias salvajes, pero no raquíticas como se podría creer por lo de salvaje, sino bien grandes y hermosas como las de los floristas. Las hay por millares.