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Las características numéricas del abanico general de frecuencias y longitudes de ondas electromagnéticas - y, dentro de ello, las características numéricas de la franja más reducida de las ondas electromagnéticas utilizadas para el acarreo de configuraciones eléctricas representando algún material a transmitir - son como sigue.

> El abanico general de frecuencias y longitudes de ondas electromagnéticas, que es un mundo fenomenal, alcanza los dos siguientes asombrosos extremos.

  Por un extremo, alcanza, en la realidad práctica observada hasta ahora, longitudes de ondas - brevedades sería una mejor palabra - de alrededor de 30 femtómetros,
                                o sea 30 x 10-15 de metro,
                                o sea 30 x 0,000.000.000.000.001 de metro, 
                                o sea      0,000.000.000.000.03  de metro,

una realidad inconcebible aun escribiéndola con menos ceros:                                                          0,000.000.000.03  de milímetro,

a cuyas brevedades corresponden frecuencias de alrededor de 
           1022 hertzios o sea 10.000.000.000.000.000.000.000 de ciclos
- ¡no hay que olvidar que por segundo! - otra realidad inconcebible.

  Por otro extremo, alcanza, quién sabe si en la realidad práctica o por compulsión racionalizante de los científicos - y en la terminología dilecta de los científicos -
la longitud de onda de 300 megametros, o sea 300 x 106 de metros,
                                       o sea 300.000.000 de metros,
a cuya longitud corresponde la frecuencia de 100 hertzios;
o sea que alcanza, por este extremo, en términos más accesibles,
una longitud de onda de 300.000 kilómetros y una frecuencia de 1 hertzio,
o sea de una sola onda recorrida sobre sus 300.000 kilómetros en un segundo.

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Y dentro de este abanico, la franja más reducida de ondas electromagnéticas utilizadas para el acarreo de configuraciones eléctricas representando un material a transmitir, se extiende, aproximadamente,
desde la frecuencia de            15.000 ciclos de cresta a cresta por segundo
          - con una longitud de onda correspondiente de 20 kilómetros -
hasta la frecuencia de  300.000.000.000 de ciclos por segundo, o sea 3 x 1011, o sea 300 gigahertzios
          - con una longitud de onda correspondiente de 1 milímetro -
alcanzando así al límite bajo de las frecuencias infrarrojas.

  "Aproximadamente" porque, por una parte, hay argumentos que el límite de 15.000 ciclos y 20 kilómetros es más bien de 10.000 ciclos y 30 kilómetros, y porque, por otra parte, si bien ello no toca el mundo tradicional de la radiodifusión, es interesante y asombroso saber que se habla de transmitir materiales por frecuencias con tres ceros más, o sea por frecuencias bien dentro de las ondas infrarrojas, casi aproximándose a las frecuencias de la luz visible.