español english français česky

Con nuestro atareamiento tan increíble y tan imposible de entender como siempre, el resto del día desapareció sin que nos diéramos cuenta; ni siquiera vamos a cenar; pero será esta segunda noche cerca de las ruinas de Hatún-Cañar - Incapirca seguramente tan supremamente silenciosa como la primera, después de las dos noches de aullidos y sacudidas.

. .
*

Estamos viajando hacia la ciudad de Cuenca, por una variedad de altitudes entre 3.500 metros y 2.300 metros, y por una variedad de paisajes, desde páramo desolado, con la sola presencia humana de ponchos y sombreros, hasta campiña bien cultivada, densamente poblada, con influencia de indumentaria más cosmopolita; y puntuada con lindos bosquecillos de eucaliptos y árboles de agujas.

Vemos una notable cantidad de fábricas de quesos, a escala familiar se entiende, y de talleres de tallado artístico de piedras, también de tamaño familiar se entiende. Cada arroyo sirve de lavandería de agua corriente a las mujeres locales; pero aquí, en contraste con lugares más cálidos, debe de ser una penitencia lavar ropa en el agua helada - con no solamente las manos sino también, a veces, los pies en el agua.

Acercándonos ya a Cuenca, descubrimos por qué no habíamos visto sombreros panamá en Panamá; porque ahora los vemos aquí, en las varias etapas de su fabricación - desde manojos de la paja secándose, ya sea colgados o en abanico en el suelo, hasta sombreros creciendo rápidamente entre los dedos hacendosos de mujeres, inclusive, a veces, mientras caminan.

Alcanzamos Cuenca, a 2.600 metros de altitud; más o menos el implícito y desconocido margen. Nos parece una pequeña ciudad europea sin epítetos; nada extraordinariamente malo, nada extraordinariamente bueno.

En la catedral vieja, el dintel es una piedra tomada de un edificio inca. Vimos otros edificios con por lo menos parte de las paredes construida con piedras tomadas de edificios incas. Es que Cuenca fue fundada sobre las ruinas de la ciudad incaica de Tomebamba.

Pero la catedral vieja no es la primera catedral que se ve; al contrario, hay que buscarla.  La que se ve primero es la catedral nueva, aunque no se busque.

Nueva, es una manera de hablar - todavía no está terminada, ni por fuera ni por dentro, así que es más bien futura; y su arquitectura es puro estereotipo de siglos pasados, así que es más bien antiguada; quizás sea la manera más fácil de construir una iglesia nueva sin perjudicar el carácter viejo de la >>>>>>>>