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en la dirección opuesta, los territorios todo a lo largo de la costa norte del golfo de San Lorenzo, e incluso de la costa de Labrador.  Increíble.

Increíble hasta que uno se haya fijado en un mapa y haya visto qué ingeniosa muralla política al instante un tal super-Québec formaba contra la expansión de los indóciles, hasta revoltosos, colonos de las trece colonias inglesas.

Incidentalmente, los invasores franceses, al expanderse desde Québec en la dirección como lo hacían, tenían exactamente el mismo propósito que Inglaterra - amurallar a los colonos de las trece colonias - pero por otros motivos, no por colonos indóciles sino simplemente por Ingleses. Otro propósito de los Franceses era, naturalmente, alejarse hacia el sur de los rigores climáticos del estuario del San Lorenzo. Otro propósito de los Franceses era encontrar, tal vez, un río con desembocadura en el otro océano ... hacia Catay y Cipango.

Magnífico partido de maquiavélico ajedrez político, imagen de entonces, de antes, de ahora.

Así hablan las piedras viejas de Ciudad Québec.

Piedras viejas.  Pero no muertas.  Siguen siendo testigas de jueguitos.

Ahora mismo, por una parte, Québec quiere, o dice que quiere, independizarse de Canadá, o casi. También, por otra parte, parece que Québec tiene veleidades de anexar Labrador. En un mapa de Québec publicado por el Ministerio de Transportes se ve, a lo largo del límite entre Québec y Labrador, la siguiente nota: "Frontera no definitiva". Porque, dice, "determinada en 1927 solamente por una decisión del Conseil Privé".

Para mayor exquisitez, parece que dos tercios del Québec de hoy son una concesión del gobierno federal después del acto de federación, por lo tanto una concesión sujeta a revocación.

Después del mal tiempo de esta mañana, cuando parecía que nos estábamos adentrando en el capullo de un gusano, ahora, el ambiente se ha despejado por completo y tenemos un hermoso Sol brillando sobre la ciudad y los restos de una nevada anterior.

Acabamos de desenredarnos de la maraña de salidas de Stadacona, o por lo menos, del sitio donde estaba el pueblo Stadacona de los paraborígenes antes de que Europeos se lo tomaran y empezaran a construir su Québec.

Parece que el tiempo está con nosotros, por lo menos selectivamente. Después de la niebla que envolvió nuestra llegada a la ciudad de Québec, y después de la sonrisa soleada que acompañó nuestra visita de Québec, ahora, en nuestro >>>>>>>>