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estudiar cualquier elemento, hay que remover, destruir, y reducir a tierra común para siempre, los elementos superiores o adyacentes - vale decir la realidad de que, eventualmente, habrá que reducir a polvo común todo el sitio; y también tomando en cuenta la intención de este equipo arqueológico de aplicar la disciplina la más exacta en sus investigaciones a la vez por convicción intelectual y por necesidad, porque probablemente, en este caso, no se podría hacer de otra manera.

Cada elemento analizado recibe un número, en el orden en el cual los elementos están estudiados; que es, idealmente, en orden inverso a la cronología de formación del sitio; pero que, lamentablemente, en este caso, no empezó exactamente así porque este sitio fue encontrado por pura casualidad cuando la fábrica quiso ampliar sus construcciones, y cuando, en las excavaciones iniciales, se dio cuenta de que estaba revolviendo algo que se merecía no ser revuelto ... después de haberlo revuelto ya en parte.

Así que, por lo menos en una situación ideal, después de remover la capa superficial de humus reciente cubriendo el sitio - capa que, naturalmente, no tiene importancia y a la cual no se le da número - a cualquier vestigio de tiempos pretéritos, desde tierra movida a algún objeto concreto, se le da un número.

 Si hay, por ejemplo, dos masas de tierra y se ve que una cubre parcialmente la otra, se le dará el número 1 a la superior, y se la va sacando con todo cuidado, siempre midiendo, observando, anotando;
 si se encuentra lugares dentro de esta masa que, por sus formas y diferencia de textura, pueden haber sido, por ejemplo, hoyos para postes, se les asignará el número 2 al primer hoyo, el número 3 a la tierra que contiene, el número 4 al hoyo siguiente, el número 5 a su contenido, y así sucesivamente;
luego se pasará a la masa de tierra que estaba parcialmente cubierta por la masa anterior y se le asignará su propio número que será, según la cantidad de hoyos de pozos u otros elementos encontrados en la primera masa, acaso, por ejemplo, un número 28;
y así sucesivamente.

Y estos números se pasan luego para formar el diagrama que vimos en el papel milimétrico, apuntándolos en líneas horizontales sucesivas de acuerdo a los descubrimientos;

por ejemplo, el número 1 de la primera masa se quedaría solo, en la primera línea;
debajo, vendría una línea con todos los números de los hoyos;
y debajo, una línea con los números de los contenidos respectivos de los hoyos;
y debajo, vendría una línea con sólo el número de la segunda masa;
y así sucesivamente.