español english français česky

Como ayer, sigue herméticamente nublado; el tiempo está casi fresco, en sorprendente y bienvenido contraste con lo que esperábamos. Quizás la corriente Humboldt.

Nos estamos acercando a la aldea de Machalilla que, sabemos, es el centro de una zona arqueológica; zona, acabamos de enterarnos, que es también un parque nacional; así que nada de guaquerismo, aquí.

El camino sigue la costa sólo nominalmente; no es una costa llana sino de mucha serranía hasta el borde mismo del mar, así que el camino no tiene otro remedio que adaptarse a los pliegues del terreno por dónde pueda.

Estamos en vista de Machalilla. De repente, todo está seco otra vez, como por magia, un contraste increíble.

De Machalilla hasta la aldea siguiente, Puerto López, todo quedó muy seco; pero en Puerto López, otra vez, volvió el sorprendente cubre-todo vegetal.

Así que hay totales contrastes de humedad y de vegetación no solamente de año a año sino también de lugar en lugar. Los contrastes de época a época todavía se entienden, pero aquellos de lugar a lugar a pocos kilómetros de distancia son más difíciles de explicar; ¿será por diferencias en los vientos y/o en la forma de la costa?

Son solamente las 16, y ya estamos parados par la noche. En el paraje llamado Salango, a sólo escasos kilómetros pasada la aldea de Puerto López. Y posiblemente nos quedemos aquí el día de mañana, y también el día siguiente tal vez.

Resulta que, cuando nos estábamos acercando a Salango, cuando estábamos todavía detrás de una loma que nos escondía el lugar, desde esa gran distancia habíamos sentido en el aire un olor que Božka había identificado como de pescado quemado; y que, cuando pasamos la loma, divisamos en la distancia un gran nubarrón de humo elevándose del borde del mar. Nos dijimos que íbamos a averiguar y así hicimos.

Al primer hombre que encontramos le preguntamos qué era aquella fábrica; nos dijo que no hablaba castellano, solamente inglés.

En inglés, pues; una fábrica de aceite y de harina de pescado. Con la esperanza de poder visitar la fábrica, le preguntamos si trabajaba en ella; no, no trabaja en la fábrica, pero trabaja en su predio con un equipo de arqueólogos en una excavación de arqueología. ¿Arqueología? - olvídese de los pescados, y a ver la arqueología, le dijimos.

En resumidas cuentas, fuimos adoptados por el equipo de arqueólogos y tenemos el permiso de observar los trabajos durante tanto tiempo cuanto queramos, una >>>>>>>>