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Muy, muy interesante, en verdad - y nosotros no sabíamos si dejarnos ir a Muzo; y pensar que, a la ida, tuvimos el privilegio de fotografiar el primer fósil conocido de banana y el todavía único fósil de cacao.

Lo cogimos todo muy suave, y a pesar del purgatorio ya cumplido del camino de Chiquinquirá a Muzo, y del purgatorio futuro, de Muzo a Chiquinquirá, todo este párrafo de la Expedición está resultando muy sabroso, muy chévere.

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Pensábamos salir tempranito hoy para Chiquinquirá y Bogotá, pero fuimos a visitar otra vez el taller lapidario, fuimos a hablar con otras personas, aprendimos un poco más a juzgar esmeraldas en crudo, a detectar fallas en esmeraldas talladas, escuchamos historias de horror de años apenas pasados, aquí en Muzo, y en el camino entre Chiquinquirá y Muzo; y así se nos pasó otra vez el día, y será recién mañana tempranito, sin falta esta vez, que saldremos para Chiquinquirá y para Bogotá.

Incidentalmente, he aquí algunas historias de horror.

- Hasta hace cuatro años, Muzo era una ciudad donde era más fácil morir que vivir; cualquier diferendo, o cualquier disgusto, aun cualquier diferencia de opinión, se arreglaba expeditivamente a balazos; no había día que no hubiere un muerto o dos; uno de nuestros informantes nos aseguró que, en un caso, vio cuatro muertos en un solo episodio de liquidación de cuentas.

- También escuchamos el caso de una matanza de varias personas, de la cual se logró salvar con vida un herido; cuando el médico ya había curado las heridas y el herido se encontraba todavía en la mesa de operación, surgieron otra vez los sicarios y terminaron de matar al sobreviviente, indudablemente para poder cobrar la prima.

- Y el camino entre Muzo y Chiquinquirá, más que camino era un corredor de asaltos; no se podía viajar sino en convoy armado; no es sin razón que la mina que visitamos transporta su cosecha de esmeraldas a Bogotá por helicóptero.

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\BG Estamos de vuelta en nuestro callejón bucólico de Usaquén.
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Pero el viaje de vuelta de Muzo a Chiquinquirá, lejos de haber sido, o por lo menos de haber parecido, como habíamos esperado, menos desgastador que la ida,
resultó bien peor que el purgatorio de la ida.