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»  Más mariposas azul eléctrico; realmente, son tan grandes que vuelan en otro estilo que el voleteo aparentemente frívolo de mariposas pequeñas.

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Muchas lianas, muchas plantas parásitas instaladas en las ramas de los árboles.

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Grandes nidos de insectos - de avispas probablemente - colgando de las ramas, como grandes conos con la punta hacia abajo.

Ay-ay-ay, está tronando; a ver si nos agarra una buena tormenta - el problema de nuestros aparatos.

Ya va la tercera vez que la corriente empezó a arrastrar la piragua aguas abajo; esto se está volviendo la perfecta antítesis de algún turistour, organizado, aprobado y garantido; aquí, no hay seguridad de que vamos a llegar, ni siquiera hay seguridad de que no estaremos trancados en cualquiera de los próximos minutos; se espera que se va a llegar, pero no se sabe.

Bueno - si bien es la palabra la más inadecuada - tuvimos nuestro buen aguacero; no duró mucho, pero cuando empieza esta cortina de gruesas gotas tropicales, no es para menos que preocuparse; cubrimos las cosas con nuestros ponchos impermeables, y nuestros guías reforzaron la protección con hojas de bananos.

Más y más fascinantes se van volviendo las lianas:

@ algunas lianas cuelgan laciamente de las ramas hasta alcanzar el agua, donde su punta se vuelve, en efecto, un mechón de radículas alimentándose en el líquido elemento;

@ pero otras lianas logran extenderse horizontalmente en grandes guirlandas, o grupos de guirlandas, de unas ramas a otras - seguramente habrá una explicación bien simple de cómo se hacen estas formaciones que bajan, y luego suben, pero nuestra cabeza no nos da para encontrarla;

@ y también hay lianas con formas zigzagueantes o en espiral - estas formas sí las podemos explicar: se trata de lianas que crecieron enredándose alrededor de algún soporte viejo que eventualmente se pudrió, dejando las lianas ya formadas y firmes colgando en formas aparentemente caprichosas.

Vamos viendo familias emberaes en el estado más elemental o primitivo.



Esto es casi un palacio

Las vemos ya ni siquiera en chozas, y menos, encaramadas en una plataforma, sino directamente a orilla del agua, con tan sólo un pequeño cobertizo de hojas de bananos - y, debajo del techito, un piso, un alfombrado, del mismo material. Y aquí no se trata de elección de indumentaria: los niños andan desnudos tal como vinieron al mundo, y los adultos, desnudos de la cintura para arriba. Esta manera de vivir nos parece ya exagerada del otro lado; quizás lo más atractivo es la choza estable en su plataforma.



En comparación con esto