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Llegamos a las ruinas de Copán; o mejor dicho, a la entrada cerrada del parque de las ruinas de Copán. Son las 17:05 y el parque cierra a las 17 - pero abre a las 7; así que mañana veremos; y mientras tanto, por lo menos hay una esperanza de que, entre ahora y mañana, deje de lloviznar y se despeje el cielo; es solamente una esperanza sin base porque aquí, de pronósticos meteorológicos, no se sabe nada.

Con gratitud, alivio y esperanza, nos damos cuenta de que, después de tantas preocupaciones y tantas dudas, ya tenemos Guatemala detrás de nosotros, ya estamos en Honduras y, si Dios quiere, falta solamente Nicaragua.

Con respecto a Nicaragua, no tomamos todavía una decisión final, pero todas las informaciones que vamos recogiendo parecen indicar que quizás se podría cruzar si estamos dispuestos a pagar derechos de guerra a los varios bandos que podrían salirnos al paso.  Veremos.

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Esta mañana, empezamos el día con la visita de las ruinas mayas de Copán.

Habíamos debatido varias veces el dilema, por una parte, de visitar las ruinas y así quizás poner en peligro nuestra entrada a Costa Rica por una diferencia de pocas horas o, por otra parte, de no visitar las ruinas para hacer más probable nuestra llegada a Costa Rica dentro del plazo de nuestra visa, dejando la visita de Copán para nuestro regreso, con la ventaja adicional de que así se juntarían todas las visitas arqueológicas mayas relacionadas dentro de un mismo marco de tiempo, pero con el peligro de que nos pase algo en América del Sur que nos pueda impedir el regreso, en cual caso no veríamos ni éstas ni otras ruinas mayas. Finalmente nos resultó imposible estar tan cerca de estas famosas ruinas y no verlas por lo menos por la duda.

Así que Copán venció, y nos quedamos allí, visitándolo, siempre de manera a la vez perceptiva y enfiebrada, unas cinco horas; pero, ahora que salimos, no hay tiempo, de ninguna manera, de grabar las informaciones del caso, porque lo único que se puede y debe hacer es apurarnos en dirección hacia Tegucigalpa y, más allá, Nicaragua y Costa Rica. Grabaremos en la primera oportunidad que no nos atrase en la prisa contra el reloj.

Después del terrible camino, si se lo puede llamar camino, que nos trajo de la frontera de Honduras a las ruinas, felizmente, esta ruta, de las ruinas hacia el interior de Honduras, es de asfalto, y del mejor, permitiendo una alta velocidad, si bien de vez en cuando nos encontramos con su calzada parcialmente cubierta de derrumbes causados por las lluvias que hubo, un par de días atrás.