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En el caso de estas estatuas, la opinión original a su respecto, en el momento de su descubrimiento, no presagiaba tempestades futuras porque era de feliz consenso, a saber que las estatuas tenían ciertas similitudes con el arte olmeca, lo que llevaba implícito - siendo el dogma, a la sazón, que la cultura olmeca era la más antigua de todas las culturas americanas, por lo menos de esta parte de América - que las estatuas eran un derivado de la cultura olmeca; lo que a nadie molestaba ya que el dogma vigente a la sazón quedaba así incólume.

Pero hele que algún atrevido dijo: sí, hay relación entre estas esculturas de La Democracia y el arte olmeca, pero la relación es al revés; estas estatuas no derivan del arte olmeca sino que lo preceden, que le abren la vía.

Más no hizo falta para crear la tríada de irreductibles bandos.

  1. El bando de los conservadores; fieles valedores del dogma de la antigüedad absoluta de los Olmecas, con estas estatuas siendo un derivado de lo olmeca.

  2. El bando de los atrevidos; dándoles a estas estatuas una edad de 4.000 años, de 2000 a.C., anterior al florecimiento olmeca, y no perdiendo la oportunidad de destacar, por una parte, el paralelismo de conocimiento del magnetismo, en la China antigua y la América antigua, y por otra parte, que la tortuga con hocico magnético esculpida por los Olmecas en 1500 a.C. sería solamente la continuación de estas estatuas magnéticas.

  3. El bando de los no-alineados; mientras tanto, se lava las manos y pontifica que estas estatuas son creaciones puramente locales, que no tienen relación con otros focos de cultura, y que, en realidad, no se las puede fechar.

Parece que la teoría más aceptada hoy en día es la teoría número dos, la atrevida, pero ello no soluciona nada porque la misma pregunta que se hacía, antes, respecto a los Olmecas, ahora, se hace respecto a esta cultura: ¿de dónde vino esta cultura?

También vimos, en el museo, una hermosa máscara de jade, encontrada, según nos dijo el encargado, en el mismo sitio que las esculturas magnéticas, pero sin ninguna relación con éstas - en fecha o en estilo o en origen.

[♦] Y ahora, por entre camiones congestionados de caña de azúcar, llegamos a otro sitio de sumo interés arqueológico, la finca de El Baúl, cerca del pueblito de Santa Lucía de Cotzumalguapa.

Este sitio no es uno de los favoritos del gran público, como tampoco lo es La Democracia, pero ciertamente es de gran importancia para los estudiosos. Estas esculturas y estos bajorrelieves no pasaron todavía al dominio público, se encuentran en manos y tierras particulares, un ingenio de azúcar, por lo que hay que pedir permiso para verlas.