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largas, con o sin uniforme, se ve por todas las partes; le preguntamos a uno de los guardas para qué era la cola y, entre sonrisa y sonrisa, nos enteramos de que era para conseguir un certificado de buena conducta para obtener empleo.

¡Qué barbaridad! Que se exija un certificado de buena conducta aun para el empleo más modesto puede parecer una buena idea si bien, para la mayoría de la gente, es una ofensa porque la mayoría de la gente es honrada - y en países como Vespuccia o Canadá nunca jamás piden semejante cosa para empleos - pero que haya que hacer cola de horas y horas con mil personas esperando, eso ya pasa del entendimiento. También pasa del entendimiento la necesidad de tener tres guardas con armas largas en la mano - no al hombro sino en la mano - para vigilar gente que, se supone, quiere estar dentro de la ley ya que se presenta para su certificado de buena conducta.  Increíble.

\GT/ Son las 16:30.  Hay más cosas  que queremos ver en la ciudad de Guatemala
     pero  probablemente  estaríamos  interrumpidos por el  anochecer, así que
vamos a aprovechar el tiempo de otra manera; vamos a hacer unas compras, si es que se puede comprar algo, porque, desde que dejamos Vespuccia, no es mucho lo que se puede comprar, por lo menos de lo queremos nosotros; luego, saldremos de la ciudad hacia nuevas metas, incluyendo las que no pudimos ver a nuestra corrida por falta de tiempo; y luego, volveremos a Ciudad Guatemala para terminar la visita y seguir luego hacia Honduras.

Estamos estacionados para pernoctar al sur de Ciudad Guatemala, buena parte del camino hacia la costa del Pacífico. Después de la larga bajada anterior a la ciudad de Guatemala, parecía que habíamos tocado fondo, pero, al salir de la ciudad, nos esperaba otra larguísima bajada, por la cual nos hundimos de manera muy perceptible en un clima más caliente y húmedo, y ahora, el aire está tan pesado que tenemos el ventilador prendido.

En el pueblo de Palín, vimos un enorme - en el sentido literal de la palabra - ceibo, cuatro veces centenario, debajo del cual cabe todo un mercado. Para dar una mejor idea de la increíble extensión de las ramas de este ceibo, calcularon, Božka y Karel por separado, cuántos automóviles de gran tamaño, o cuántas camionetas, se podría estacionar alrededor del tronco y debajo de la extensión de las ramas, y llegaron los dos, por separado, a una cantidad cercana a los cien vehículos.



El ceibo de Palín

Es impresionante y venerable semejante árbol; y es sorprendente que haya sobrevivido la estupidez y la codicia habituales de la gente.

Para terminar hoy, falta anotar unas observaciones sueltas.

Tropezamos con cada vez más indicios que hacen aparecer Guatemala como si fuera una dependencia de Vespuccia.

/ Con incredulidad vimos que, aquí también, se refieren a un cambio de la circulación en sentido opuesto, o sea a una media vuelta, como un viraje en U >>>>>>>>